Miguel Ángel Ibáñez Gómez - maiges_ps@hotmail.com

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martes, 12 de julio de 2016

Carta A Sänchez Dragó (2001)

(En 2001 envío una carta a Sánchez Dragó para encontrar mitos adecuados que impulsen mi proyecto) (Incluiré su contestación al final)


En Zaragoza 8 de diciembre de 2001
Admirado Profesor, D. Fernando Sánchez Dragó.
Tengo el atrevimiento de dirigirme a Ud., primero porque conozco algo su trayectoria, más televisiva que literaria, y su libro “Gárgoris y Habidis". Una historia mágica de España”. Premio Nacional de-Literatura en 1979; que más que leer ojeé hace ya más de veinte años y que no he podido recuperar en las librerías de mi ciudad. En segundo lugar porque estoy realizando un trabajo sobre economía que me ha llevado, en la elaboración de una parte del mismo, a recordar ciertas afirmaciones que en el libro aludido Ud. realiza y que me han persuadido de que es Ud. la persona idónea, salvo que Ud. piense lo contrario, para esclarecer algunas de mis dudas; deseo, con la presente, justificar y formular correctamente mi petición. Me llamo Miguel Angel Ibáñez y vivo donde nací, en Zaragoza hace 41 años. Mi formación institucional llegó a la formación Profesional, que culminó como maestro en delineación. Sin embargo, a medida que se acercaba el fin de los estudios (1979), se iniciaba una revolución tecnológica de la que mi Instituto quedó al margen por falta de recursos. La formación adquirida en los procesos de fabricación entraron a formar parte de mi bagaje cultural mas las empresas apenas demandaron alumnos por las carencias técnicas sobre tecnología auxiliar de la que carecía el centro de formación, más orientado en ese momento a la electrónica, y por lo tanto sus alumnos. En esa situación convine que conocía el mundo Industrial, pero carecía de una idea precisa sobre las actividades agrarias y me decidí a entrar en una de las dos escuelas que se encuentran en las inmediaciones de mi ciudad, donde pasé dos años de magníficas experiencias. Conocí los sistemas de producción de carne y de cereales y hortalizas, concluí mis estudios y me hice acreedor del titulo de Jefe de Explotación Agropecuaria. Mi reencuentro con la cultura urbana fue frustrante. Mis amigos y compañeros giraban en torno a pensamientos e ideas esenciales, o positivas de la vida, que diferían de las mías. Unos se centraban en los estudios universitarios como quién invierte en su futuro, sin más horizonte humano que conseguir el título;Y otros se dedicaban a perder el tiempo, mientras ideaban un mundo utópico carente de práxis, para proclamar, años más tarde que “no hay futuro” dejando su vida a la deriva. La sociedad vive despaldas a los fenómenos esenciales que sostenían la vida e ignorando los perjuicios causaban en su entorno. Me sentí ecologista, pero no me integré en el ecologismo urbano de botella de vino, gritos estridentes y populismo fácil. El país estaba sumido en un proceso de asentamiento “democrático”, lleno de pactos que sacrificaban valores primordiales de la democracia y consideraban el ecologismo una postura individualista, semi-mística, por aquello del vegetarianismo y pacifismo, semi-utópica, sin alternativas viables y romántica, con grandes gestos, que al generalizarse (día de las bicis, salvad las ballenas...) han acabado justificando la inoperancia de la sociedad a la hora de hacer frente a este reto que quedó pendiente.
A los 26 años entré en la Administración local de mi ciudad con la vacante n°uno de mi oposición. Mi vida gira entorno del campo de las ideas, y decido completar mis estudios, entro en la Escuela de Ingeniería, mas el nacimiento del primer hijo de mi matrimonio da al traste con 4ese proyecto. Las Escuelas de Ingeniería suponen la FP III, y esencialmente es diferente de las Escuelas Superiores, pero las aspiraciones de las Escuelas Técnicas a verse dentro del propio campus Universitario les ha llevado a subir los niveles de estudios, para seleccionar la naturaleza de sus alumnos, y obligar a emplear un mayor esfuerzo a los alumnos provenientes de FP, lo que ha dado lugar a privar al país de excelentes Técnicos con experiencia de taller. Luego la llegada de más hijos y una separación matrimonial, me ocuparon los siguientes 12 años. En la actualidad estoy trabajando en cuestiones medioambientales. Comencé con un “Convenio Conservacionista” para un sindicato, y fue tal el interés que despertó en el propio sindicato que tuve que abandonarlo, pero me motivó para realizar una introducción a la “Economía Conservacionista” y como parte tercera “Política Económica Conservacionista”, prácticamente acabada. Para darle una idea de los trabajos realizados seré lo más preciso posible. Cuando nos planteamos los problemas que genera nuestra sociedad en su entorno, desperdicios, contaminación, pobreza, guerras, tendemos a creer que el único espacio inmaculado que le queda al hombre para sentirse tal y no “animal” es la filosofía, el uso de la inteligencia comprendiendo el mundo y satisfaciéndose en la precisión de sus definiciones y en su inocuidad empírica escapar del campo del materialismo cotidiano y sus consecuencias. Sin embargo, nuestra inteligencia es el motor que nos lleva a organizarnos, a preferir unos actos sobre otros, a elegir nuestro tipo de relación con el medio. Todos nuestros actos producen un impacto sobre el medio ambiente, generalmente negativo; entendiendo medio ambiente como lo hace la Agenda 21 que es un documento firmado por gran número de países con el fin de alcanzar objetivos en los que se compatibilice nuestra actividad humana con la vida. En esa definición de medio ambiente se incluye, no solo el aire, el agua, la tierra, ecosistemas, si no los impactos sociales y económicos sobre el entorno. Cuando la Comisión Brutland, de 1983, define la sostenibilidad lo hace en dos direcciones implícitas al afirmar: . . .(que)” es la utilización de los bienes necesarios para las necesidades presentes sin menoscabar los recursos precisos para las necesidades futuras” e insistían en que” . . .las sociedades ya tienen las aptitudes necesarias... “. Lo primero que nos señala es que cada acto nuestro es un acto económico que difiere miseria, pobreza, contaminación.. .etc. desde el presente de los países ricos al presente y futuro de las generaciones que viven en países pobres. Y la segunda se refiere a la responsabilidad de la administración de aprovechar las aptitudes de la población, sobre todo de los países ricos, para actuar compensando o eliminando esos impactos z.J~que se producen como consecuencia de las actividades económicas. Han pasado casi veinte años y e-sigue habiendo problemas para afrontar correctamente esta situación, ¿Por qué?. La primera respuesta la da Adam Smith a finales del S. XVIII. El fundador de la Economía moderna afirma que los participantes en la economía son movidos por el interés personal, por el egoísmo y
no por intenciones filantrópicas, no pretenden el bien de su comunidad sino ganar dinero y es “la mano invisible” del mercado la que convierte este interés personal en bienestar general. Afortunadamente para Smith el S. XVIII representa la explosión del comercio e Inglaterra no es un territorio aislado, abandonado al egoísmo de sus comerciantes, su economía se asienta en la explotación de las riquezas de ultramar. Lo más singular es que para N. Gregory Mankiw (Profesor de la Universidad de Harvard, en su libro “Principios de Economía” de 1998 (Mc Graw Hill), afirma “.. las ideas de Smith siguen siendo ciertas hoy”. Mi primer trabajo señaló los problemas y contradicciones sindicales a la hora de satisfacer las aspiraciones de los trabajadores respecto de sus valores solidarios y propuso herramientas para la adaptación sindical a un entorno realmente solidario; el segundo ha señalado los problemas y teorizado sobre los impactos económicos y los instrumentos que posee nuestra sociedad para hacer frente a los mismos. El tercer trabajo es la praxis de la teoría económica, donde el modelo económico es comparado con nuevos valores y perspectivas que permiten aprovechar las aptitudes sociales, anteriormente señaladas, y con su ayuda iniciar un movimiento económico de recuperación de los recursos naturales y humanos, compensando los impactos derivados de nuestras actividades económicas o minimizándolos. Este último trabajo demuestra que la economía puede hacer compatible el desarrollo con nuestros valores y aspiraciones espirituales o éticas, sin tener que hacer ejercicios de amnesia voluntaria en muchas de nuestras actividades económicas cotidianas. A propósito de esta afirmación que realiza mi trabajo, viene al caso señalar la de Alfred Marshall, formulada a finales deI s. XIX, en la que definía la economía como” ... el estudio de la humanidad en sus quehaceres cotidianos” Esta última afirmación parece ser la que define hoy en día a la Ciencia Económica, como una ciencia social que utiliza herramientas de otras disciplinas científicas para analizar el comportamiento de la economía y poder sintetizarlo en leyes. La Política Económica muestra dos tendencias, la de los seguidores de los filósofos griegos Parménides (lo que es, es), que pretende explicar la realidad social y los de Heráclito (lo que debe de ser será) que muestra el inconformismo con la realidad y la voluntad de cambiarla. Así tenemos el principio de las disputas entre economistas y tendencias económicas. El deductivista Robbins afirma:” Cuando se ha comprendido la naturaleza de los postulados básicos de una teoría..., no caben extensas disputas sobre su realismo. Noprecisamos experimentos controladospara verificarsu validezpuesto que son parte de nuestra experiencia diaria, basta enumerarlos para conocerlos como obvios” (Naturaleza y significado de la Ciencia Económica, Mexico 1944, pág 79). Puesto que la Economía Conservacionista, que es la que he ideado, nunca se ha ensayado, debemos valorar la veracidad de sus teorías desde un punto de vista deductivo y concluir que el éxito del primer trabajo se puede medir por las convulsiones que han creado a nivel sindical, al concluir que sus postulados son obvios, como solicita Robbins y, por tanto, realistas. Pero también satisface en mayor grado la cualidad exigida por Milton Friedman cuando dice “Una teoría no puedeprobarse comparando supuestos directamente con la realidad. Sin duda, no hay medio alguno para que esto pueda hacerse. Un realismo completo es inalcanzable, y la cuestión de si una teoría es bastante realista o no solo puede resolverse comprobando si sus predicciones son lo bastante buenas para el propósito que persigue, o si son mejores que sus coetáneas’~“. . . el problema entorno a los supuestos de una teoría no es si son descriptivamente realistas, porque nunca lo son, sino si constituyen aproximaciones lo suficientemente buenas para resolver el problema de que se trate” (Metodología de la Economía Positiva) Así pues, desde el punto de vista teórico la Política Económica Conservacionista estará sujeta a las tensiones propias de la Economía, tanto por la naturaleza de esta ciencia social como por las implicaciones sociales, económicas y políticas que le son propias a cualquier propuesta económica. Si el primer trabajo (“El Convenio Conservacionista” una herramienta sindical) causó sorpresa y convulsiones en el terreno sindical que fueron apaciguadas a más altas instancias, el segundo (“Introducción a la Economía Conservacionista” teoría positiva de esta nueva visión de la economía) ha creado una perspectiva inusitada en quienes están acostumbrados a tomar decisiones políticas, y el tercero (“Política Económica Conservacionista” la práctica del modelo teórico) se convierte en un instrumento en el que convenir y sumar voluntades para llevarlo a la práctica. Por ello no resulta exagerado albergar la esperanza de que las expectativas se concreten y por lo tanto deba de prever las últimas consecuencias de su aplicación en planos que desbordan lo puramente económica y que entran de lleno en el terreno espiritual o ético de las personas y de los pueblos. Ello lo baso en que la actividad económica, por ejemplo comprar, satisface dos expectativas a la vez: La primera relativa a la capacidad del bien en satisfacer una necesidad material, motivo primero de su adquisición y segunda la relativa al entorno económico y social que rodea a ese bien, su fabricación, su impacto, etc., normalmente este segundo aspecto no lo tenemos en consideración, dadas las dificultades de encontrar bienes que con su consumo proyectemos una “buena obra”, a pesar de que nos satisface mucho encontrar bienes que cumplen esa doble condición. Por lo tanto, nuestras actividades económicas no solo van encaminadas a la satisfacción de nuestras necesidades materiales sino también buscan la satisfacción de las necesidades espirituales o éticas. De ahí la necesidad de creer que nuestros actos son buenos o justos, individual o colectivamente. Si nos encaminamos a introducir ciertas modificaciones en el sistema económico que abordan la parte espiritual o ética de las personas, hemos de aprovechar para dar un sentido de cohesión con valores que lleguen por la vía de los mitos o del reforzamiento de la fe, con el fin de integrar a un pueblo y potenciar sus capacidades individuales y colectivas en un marco de mayor transparencia. En definitiva un sistema no es democrático si no avanza firmemente por senderos donde la actividad de la Administración sea previsiblemente positiva a los principios morales que manifiesta su Constitución y por lo tanto los poderes que emanan de ese Estado deben de ser cada vez más transparentes a los ciudadanos.

Insistiendo en ese sentido de cohesión social a través de mitos, y con el motivo de introducir un apartado útil a tal fin en el trabajo que estoy concluyendo quiero abordar el asunto central que motiva mi presente carta. Cuando Ud. escribió “Gargoris y Habidis. Una historia mágica de España” , libro al que me referí en el comienzo de/~presente, señalaba que el río Ebro venía del ~brates y el Tajo se Ilamólígris y entre ambos se localizó el Paraíso, motivo por el cual la Península Ibérica~se llamó~~Jardin de IaS’Hespérides, y que el Ebro dio nombre a los así como otros simbolismos que no recuerdo, incluso no sé si he formulado correctamente las afirmaciones que se justificaban en el libro, porque apenas lo ojeé, supongo que por el impacto que estas cuestiones y otras, que en él aparecían, me causaron dejándome perplejo, pero habitando en mi pensamiento durante todo este tiempo transcurrido, unos veinte años. La mencionada perplejidad me inhabilitó para proseguir su lectura pero hoy en día 11~y-~lgunossímbolos de mi ciudad me recuerdan algunas de sus manifestaciones intrigando mi espíritu, pero sin capacidad de integrar correctamente aquellas sugerencias que leí. Apenas he podido vislumbrar relaciones entre Hebro o Hebros, Evros como nombre del río griego Marica o Maritza. Ebre como rio de los Balcanes que nace en Bulgaria. Evrotas como ríQ de Grecia cuna de Esparta. Hebreo, Iingüísticamente como rama cananea del grupo de las lenguas semíticas, originarios de Arabia. Como Salduba (Zaragoza prerromana) que se sitúa entre dos ríos, en la desembocadura de la Huerva y el Ebro. Pero también existe otra Salduba en la desembocadura del Guadalhorce. Realmente me resulta confuso aproximarme a una historia llena de conjeturas e hipótesis. Incluso el culto al Pilar, que también nombra Ud. en su libro como símbolo de fertilidad, parece haber recibido veneración antes de los romanos, más estos arrasaban por donde pasaban y me resulta difícil creer que respetaran un lugar de adoración dentro de los límites de la ciudad que proyectaron a no ser que lo convirtieran en un lugar de culto a un dios propio o que se percataran de que el lugar era “especial”. De todos maneras el cristianismo no llegó a esta ciudad hasta el s.III, de la mano de soldados romanos, donde una carta de Cipriano de Cartago, del año 254, alude a la comunidad cristiana de Zaragoza y a Félix, probablemente su obispo. Se admite la llegada de Pablo, pero se duda de la de Santiago y de su culto en la época romana y la del culto al Pilar, circunscribiéndose ambas a la tradición oral, por falta de documentación escrita, según opinan Victoria Escribano Paño y Guillermo Fatas Cabeza en la Obra “Aragón en su historia” editada por la Caja de Ahorros de la Inmaculada en 1980. Al estar el Pilar a la orilla del río y ser estas consideradas por los Celtas y los Druidas, en particular, (según Peter Berresford Ellis, OBERON 2001) como lugares mágicos o sagrados donde se daba la poesía y la predicción, pudiera ser un lugar especialmente señalado para estas cualidades. Aunque también por aquellas épocas los enterramientos en túmulos se solían coronar con piedras. En cualquier caso, como verá mi capacidad de resolver las cuestiones que Ud. planteó en su libro me han resultado del todo imposible de abordar, desconociendo, supongo que por falta de formación clásica, localizar las fuentes donde Ud. bebió para formularsus descubrimientos.

Me permito preguntarle directamente, por si tiene a bien contestarme, con la finalidad antes referida: • ¿Porué son hebreos los habitantes del Ebro? • ¿Dónde aparecen? • ¿De donde vienen? • ¿Por qué no están aquí? • ¿De dónde deriva la eti lo~pTadel Ebro 9 del Tajo dando origen a los límités del Paraíso? • ¿Po,ç~uéel pueblo de Dios, los Hebreos, está junto al Paraíso? • ¿Porqué el Pilar es un símbolo de fertilidad? • ¿Qué explicación tiene la reproducción de la Virgen del Pilar en el nacimiento del río Ebro y en el monte Aneto, la cumbre más alta de los Pirineos, y si ello marca un territorio? Todos los pueblos que influyen en el destino de la Tierra tienen detrás de su aspecto físico, territorio, fronteras , leyes, industria economía,., un soporte religioso y mítico capaz de hacer sentir a sus ciudadanos que detrás de sus actos colectivos se encuentra la bendición de Dios, como es el caso de EEUU, o Inglaterra, o mitos como los que sustentan el fructífero pensamiento alemán,... El trabajo que concluyo debe tener un soporte espiritual de tal naturaleza, que sirva de apoyo, si ve la luz de la práctica, a aquellos que han de tomar decisiones en un nuevo terreno de la economía, para que puedan estimular adecuadamente la ilusión de un pueblo que ha de refrendar y sostener las metas que proponga una Economía Conservacionista. Lamento que la presente carta sea tan extensa y espero que haya tenido la paciencia y el tiempo para leerla y le resulte interesante lo en ella tratado y no considere inoportunas mis preguntasy encuentre ocasión y placer en contestarlas. En cualquier caso quedo satisfecho si ha leído estas líneas y para mi será un honor recibir su respuesta, si lo cree oportuno, a mi dirección:
MIGUEL ANGEL IBÁÑEZ GÓMEZ 
Me despido de Ud. deseándole que el fuego de los Dioses siga estimulando su inteIigencia los frutos de ella sean gratos a Ud. y a los que le aman y rodean, Un admirador.

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