Miguel Ángel Ibáñez Gómez - maiges_ps@hotmail.com

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sábado, 2 de julio de 2016

Cómo la Norma Básica Sobre Bienes de Consumo (NBBC) deshabilitó a ETA en unos pocos días.



Presiento que el artículo precedente “El escrito en el que me va la vida” ha podido causar “impresión” en aquellos mandatarios que tenían olvidado todo este feo asunto y lo creían enterrado y oculto por siempre jamás. Sin embargo, hay otros nuevos mandatarios que de todo esto no conocían nada; y, también por ellos, merecía la pena poner los documentos en Facebook y mostrar el relato. Es muy probable que mucha gente que participó en estos hechos lo nieguen abiertamente. Es posible, pero en sus manos está ver el expediente del Defensor del Pueblo y constatar los trámites que realizó requerido por mi persona, y desde ahí deshacer el ovillo tejido por los que ahora, no sólo perdieron memoria (y con ella el honor) sino, también el vínculo con el pueblo al que dicen servir. Mi caso es un caso “aparatoso” por el simple hecho de que mi persona se planteó, desde un principio, “ver hasta dónde llegaba todo este asunto” y qué razones había para que personas que decían “servir a España” atentaran contra derechos fundamentales de los ciudadanos. Mi caso no fue el único, como digo. Otros fueron amedrentados, acosados, amenazados implícitamente por una legión de funcionarios que también decían servir a España. Ahora, la mayoría jubilados. Los apaños en oposiciones también se dieron (en mi primera oposición aprobada también, pregunten al Sr. Berges). Me presenté a fijo discontinuo y las dos primeras pruebas de test las pasé con notas superiores a 9 sobre 10. Y en la prueba práctica nos dieron, en el mismo Servicio de Personal, la dirección de una librería que facilitaba los apuntes sobre grifos; en un papelito recortado del tamaño de una tarjeta. Costaba 200.-pts. Me lo leí a conciencia y luego fui confiado a la prueba práctica. ¡¡¡Sorpresa!!! El grifo que allí nos habían puesto – para las tandas de opositores -  era distinto hasta el punto de no parecerse nada a los de los apuntes. Lo monté y me sobró un aro que no encajaba en ningún sitio. Molesto por el engaño cogí el aro y lo “aventé” (así hubiera dicho mi abuela). Y me fui a ver los resultados de las pruebas cuando las anunciaron. Allí estaba yo, suspendido por unas pocas décimas. Así que subí a hablar con el Sr. Berges – el psicólogo que había dirigido las pruebas, al menos quien dio la cara. Me miró y me dijo: ¡Tu eres un gitano! – yo le contesté ignorando a qué se refería, pues caí en esas circunstancias años más tarde- Si fuera un gitano me defendería como gitano. Y prosiguió el Sr. Berges: Has sacado buen resultado en los test, aprobarás a la siguiente. Me levanté y me fui pensando que me habían tomado el pelo.
A los pocos meses salieron plazas para personal fijo de peón. Y me volví a presentar. En los dos test volví a sacar por encima de 9 sobre 10 y la prueba práctica era subir con un saco de bastantes quilos por un largo tablón que pandeaba bastante y luego subir con un carretillo. Terminé la prueba el primero de mi tanda (recientemente había cojido el traspaso de una frutería en las delicias y todos los días me levantaba sobre las tres de la mañana para ir al Merca. Allí conocí la esencia del sistema capitalista y del libre mercado: Cuanto más grandes eres más barato te sale todo. Aprobé la plaza justo cuando los inspectores municipales me requerían a formalizar las licencias. Así que físicamente estaba hecho un mulo de tanto cargar cajas). Lo sé porque un compañero de la Salle Montemolín así me lo indicó. Pregunté por mi tiempo y el Sr. Berges miró al guardia que tomaba los tiempos y mientras anotaba me dijo: 2 minutos con 52 segundos. Y me fui confiado hacia mi coche, pero un compañero me dijo: Tú has sacado el primero y yo el segundo. Me han puesto 1 minuto 30 segundos, tu cuánto? ….  Ya no le contesté. Me metí en el coche y hablé con la entonces mi novia. Me dijo: Vuelve y reclama inmediatamente. Y así lo hice. Estuve regateando con el Sr. Berges en medio de las pruebas prácticas que aún no habían acabado y que se celebraban en Vía Hispanidad, y en presencia del guardia municipal que había tomado los tiempos (y que no sabía dónde meterse). Primero me rebajó a 2 minutos 40 segundos. Yo insistía y aún rebajó a 2 minutos 30 segundos. Desistí y me fui. Pregoné en todos los ambientes, por donde me movía, lo sucedido, hasta el punto de que un asesor del Alcalde (Sr. Sarasa), que vivía por mi barrio, vino a hablarme del asunto, en un bar (tipical hispanis) y le dije: Eso es una ilegalidad. Creo que no le caí bien desde entonces a nadie del PSOE (todo el bar se había enterado de mi protesta). Por entonces, la que iba a ser mi mujer estaba muy orgullosa de mí y de mis contestaciones, no sabía la que se nos venía encima. Aún me fui a ver al Jefe de Personal, el Sr. Rincón, a quejarme abiertamente en medio de su despacho – yo por entonces tenía una buena melena veinteañera jipiosa. El veterano franquista me miró y tuvo la consideración de tomarme por el hombro y decirme mientras me acompañaba hacia la puerta de su despacho: Si te han rebajado el tiempo, puedes darte con un canto en los dientes. Salí indignado, pero entré de funcionario. Otro melenudo se quedó por el camino al darle por no concluida la prueba práctica, cuando sí la concluyó. Los sindicatos veían, oían y callaban – supongo que para pasar factura cuando les viniera bien.
Entré con la plaza 150 y tantos. Fue tal el escándalo que multiplicaron el número de admitidos. Me llamaron en la segunda tanda, y entré en enero de 1986, en montes, después de que se agotaran las posibilidades de entrar en jardines. Y ahí empezó la odisea de la Guardería de Montes.
Pero no era esto lo que quería contar. Simplemente, conociendo como conozco a las gentes de la Administración Local, he preferido completar mi historia ahora que sé que, a todo el mundo, de repente, le entrará la memoria y empezará a torcer todo. Típico aragonés. Como ése tío mío que, una vez yo separado de mi mujer - y viendo que en el pueblo, los parientes achacaran todo el desastre matrimonial a que mi ex era una persona mayor que yo, casada en segundas nupcias - él me dijo: Yo no me creo que tu mujer estuviera casada antes de estarlo contigo. (Jo, Jo, Jo,…) ¿Esto es Aragón!! – apunte para quien lea fuera de España. Esto es la Nobleza Baturra, mírense la peli al efecto.
Lo que iba a contar está contenido en el título, la Norma NBBC.
Después de separarme, y pasar cuatro años “alelao”. Me encontré con un conocido de cuando tenía 21 años, José Carlos de la Fuente, en el pub KARMA, de la calle Contamina. Me dijo. Tío, me he hecho profesor de Tango, vente a aprender Tango, te cambiará la vida.  Me pareció un alucinado y una alucinación, tanto su persona como pretender que yo aprendiera a bailar tan extraño baile. Pero fui al gimnasio de la Universidad de Zaragoza (creo que era el de unas ciencias puras: Matemáticas, o química, o algo así) – luego se trasladó al gimnasio de Magisterio, al que también fui.
Me acerqué simplemente porque le dije que iría y, la verdad, no tenía mejor cosa que hacer ése sábado por la mañana que no tenía niños. Me enseñó el paso básico en un suspiro y, de repente, me vi bailando con una cría que hacía Químicas. ¡¡¡Yo abrazado a una extraña!!! Con lo escrupuloso y reprimido que era!!!.  Fue todo un bálsamo. Tener que estar pendiente de los pasos y de guiar a la chica hizo que mi bullente cabeza desplazara todos los problemas inconexos que contenía para dejar espacio al Tango. Antes de 10 minutos ya estaba en un mundo absolutamente diferente y plácido. No había problemas. Al año estaba por las plazas practicando tango con la primera compañera que no le diera vergüenza practicar en medio de niños correteando.
Un compañero del Ayuntamiento me dejó la casa de su padre, recién fallecido, en la calle Utrillas. Allí practicaba todos los días del año 1997, y allí se hizo la primera milonga de fin de año en Zaragoza. Vendió la casa y formamos una Asociación con la esperanza de que el Ayuntamiento nos dejara un espacio para practicar. Pero no hizo falta, las ideas brotaron hasta de las piedras y montamos la milonga detrás del Teatro Principal – que ya va hacer 19 años de eso. Hasta mi - siempre añorada y rememorada Nati - Jefe de Servicio de los Servicios Jurídicos de la Oficialía Mayor del Área de Alcaldía (de quien yo era su secretario, por razones incomprensibles) del Excelentísimo Ayuntamiento de Zaragoza, era socia de la Asociación que yo había fundado y que estaba dirigiendo como primer presidente. (Veinte años no es nada)
Todo iba viento en popa. Así que empecé a hacer trabajos de medio-ambiente en mi casa. Por fluir ideas que no faltara. Estaba empeñado en demostrar que se habían equivocado al separarme de Montes. El primer trabajo fue el Convenio Conservacionista (que hice mientras milité en el sindicato SIAR, sindicato aragonés) Los socialistas me habían vetado, a pesar de que yo era socialista, y me refugié – ante los peores presentimientos sobre mi seguridad en mi trabajo – en el PAR. Y en su nombre realicé ese trabajo. Luego vino “Economía Conservacionista”, “política Económica Conservacionista”… y al fin la NBBC. Todos estos trabajos los repartí entre los grupos municipales: PP, PSOE,PAR, CHA… no a IU por la sencilla razón de que estaban implicados en el Comercio Justo (¿) (El interrogante viene a cuanto de que en la Expo 2008 los latinoamericanos se quejaban del negociete montado con este esloganmiren la tele de Aragón de entonces).
La NBBC la realicé en el marco de una Asociación de autónomos de Derechas. Le dije al chaval – que decía haber guardado unos documentos en el extranjero, tan comprometedores que aún le temblaba el cuerpo cuando se refería a ellos. (Nada hay peor que descubrir un secreto, se pasa de la euforia al pánico con gran velocidad) – Tú por la Derecha y yo por la Izquierda. Pero hubo alguien por la Derecha que parece ser ya había pactado por la Izquierda el futuro de mi trabajo. Me fui con el Secretario de CGT y de CSL a recorrer partidos para apoyar este proyecto. Y nadie alentó – estaban todos que no cagaban con la marca España y las sucesivas.
Unos años más tarde apareció un asesor de CHA (Miguel) quien aseguraba el trabajo había gustado en Bruselas y venía a ver de qué iba, pues Gaspar no había dejado de él ni un dato después de marcharse de portavoz del Ayuntamiento por la CHA. Me tocó las narices así que decidí tocárselas a él.
Le mandé un correo que decía: Si ETA rechaza el Plan Ibarreche, que es un plan de independencia de Euskadi, A QUIEN SIRVE ETA. Y le ayudé a reflexionar. Como no me fiaba del personaje metí en el mismo correo al asesor del PP (lo siento, me tenía que proteger. Estuvo, este asesor, varios meses sin hablarme). El efecto fue inmediato. A los pocos días Zapatero acusaba al Rey de estar, por medio de las FFAA detrás de ETA, y en compensación, este desastre de  Zapatero, le pidió que hablara bien de él. Así que el Rey, que desconocía todo el asunto, se vio en medio de una grave acusación sin comerlo ni beberlo, y se plegó a los deseos de Zapatero, pues nadie defendía a la Corona. Rectificó su discurso sobre Zapatero y empezó a hablar bien del él. Corrí a mandar otro correo a ambos (PP y CHA) (diciendo que, si fuera eso cierto, vendría del pasado y estaría articulado sin control de ninguna institución. Hay cosas que se ponen en marcha y luego ya nadie se acuerda de ellas). ETA se paralizó ese año sus actividades criminales, sin ganadores ni perdedores. Bueno sí, perdedores los miles de víctimas (muertos, huérfanos, y familias destrozadas).
Ese toque también se lo di a Pedro Sánchez (cuando me pareció que actuaba como un pollo sin cabeza ya saben por qué dijo lo que dijo en su día del ejército). Lo gordo es que las cosas esenciales no se dicen entre los políticos. No se hablan entre sí. Pero lo hacen por una buena razón (¿): Para apuntarse tantos. Es entendible.

Señores políticos, estén más en la tierra. Porque aún van por las nubes. Conducen el país como aquél embriagado de gloria que piensa que está en el cielo conduciendo su coche y cuando mira por el retrovisor ve multitud de accidentes y se dice: Joder qué mal conduce la gente!!!.

Nota (03/07/2016): Es difícil entender que Otegui pueda decir que ahora sí entiende al pueblo vasco y que por eso, del alguna manera, ya no  apoya la lucha armada. Una persona que ha avalado tanto sufrimiento, tanto asesinato y tanto crimen, debería, si tiene conciencia, haberse retirado, hace mucho tiempo, de cualquier actividad política. Pero parece poseer lo mismo que motiva la mayoría de los políticos de élite y que tanto les aleja del sentido común: exceso de ambición. El indecente apoyo que los ingleses otorgan al independentismo vasco (hasta la bandera vasca es una imitación a la inglesa) debiera haber sido reconocido como una práctica indecente y aberrante por los países de UE hace ya mucho tiempo. Esperemos que ahora, con las extravagantes decisiones que están tomando los británicos, la UE censure abiertamente la injerencia británica sobre los asuntos de los españoles. España puede, si sus gobernantes cultivan la humildad, solucionarse sus problemas.

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