Miguel Ángel Ibáñez Gómez - maiges_ps@hotmail.com

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martes, 12 de julio de 2016

La Moral y la Ética.(2008)


(Así pensaba en documento al efecto en la crisis 2008)
La NBBC – Norma básica sobre Bienes de Consumo y las apropiaciones de plusvalías

INTRODUCCIÓN 

Lo que tiene que ver con apropiaciones conscientes de plusvalías se halla vinculado, sin duda, con la vertiente propia de la Moral y la Ética.

Es en ese terreno donde se mueve con más fuerza la actividad sindical desde sus inicios al comienzo del siglo pasado, después de las penalidades a las que son sometidas las poblaciones – en especial del mundo británico – desde los siglos XVIII y XIX, con razonamientos propios de esclavitud que afectaban a niños de Orfanatos  sometidos a trabajos en telares, mujeres, madres y abuelos hasta que perdieran la salud y/o la vida por completo, en aras de fortalecer unas élites económicas que hubieran conseguido que los Estados identificaran la riqueza de unos pocos (y esos intereses) con la del porvenir del propio Estado (que modificaría leyes y derechos para favorecer esa esclavitud de humanos).

Los grades próceres de los Estados participarían de las ganancias proporcionadas por el sufrimiento extremo de la población durante las revoluciones industriales mediante la compra de acciones y la información privilegiada – haciendo posible que las fuerzas armadas intervinieran más alláde las fronteras para conquistar y apropiarse de materias primas rivalizando con otras potencias; y la seguridad de los Estados considerara que los obreros que reclamaban mejoras salariales o de vida fueran percibidos como personajes peligrosos que ponían en cuestión los intereses del propio Estado y su devenir Imperial para dominar a otros Estados.

 

La Moral y la Ética.

Los términos ética y moral no deben considerarse sinónimos. Ethos alude al comportamiento de los individuos que solo puede ser derivado de su propio carácter. Así, quien declara “he hecho esto por motivos éticos” está aludiendo a un deber que supone que ha emanado de su propia intimidad; mientras que mos - mons alude a costumbres que regulan el con portarniéhtó humaná dentro de un gn.ipo socÍal. Es más , en español moral implica una cierta presión de las normas vigentes en un grupo social determinado.
El razonamiento moral y ético requiere un conocimiento exacto de los conceptos de justicia, libertad, deber, felicidad, etc, y por lo tanto, un tratamiento filosófico, ya que estos conceptos, y el desarrollo que sobre los mismos realizamos, si no son correctos, bloquean la adecuada formación del juicio moral y ético, porque actúan como prejuicios. El análisis de estos conceptos es preciso, no tanto para instaurar el juicio moral como para desbloquearlo. Es decir: el juicio moral instaura sus bases desde la infancia hasta la pubertad.
El razonamiento ético tiende a la preservación de los individuos y, entre ellos, del que así razona, es decir, se defienden los principios que protegen la integridad física de los individuos por cuanto esa protección también representa mi propia protección. El individuo preserva su ser, mediante una fortaleza (o fuerza del alma — en el sentido más amplio del término) que se manifiesta mediante la firmeza en conservar su ser y se muestra con generosidad en el momento en que se esfuerza en ayudar a los demás. Así la fortaleza, firmeza y generosidad son los deberes éticos por cuanto la fortaleza lo es, en tanto que es firmeza y esta por cuanto es virtud la generosidad. La generosidad solo es virtud en cuanto que es eficaz; así si nuestras acciones generosas fueran inútiles dejarían de ser virtud. La ética se guía, como diría Aristóteles, por la amistad, por la fraternidad, más que por la justicia. Así, los Derechos Humanos pueden verse como una declaración de normas éticas, salvo lo que respecta a la familia (punto 3 art. 16), que garantizan las normas éticas en la medida en que estas se hallan amenazadas por normas morales (las normas de los grupos sociales).
Las virtudes éticas solo se ejercen, normalmente, en círculos reducidos cuasi-familiares (dice el Antiguo Testamento: a un extraño puedes prestarle con usura, pero no a tu hermano); aunque formalmente trasciende la raza y la religión.
La educación permite a un individuo identificarse con sus normas éticas (sin presión alguna descubre valores con los que se identifica al tomar conciencia de ellos y estos los descubre porque hacia ellos pone su atención espontáneamente) y esta educación se da en los grupos primarios y en la escuela. La conducta ética no está movida porel interés económico o político, no es individualidad egoísta, sino que se basa en la pertenencia
a la humanidad y tiene que ver con la autoestima psicológica, por cuando se desarrolla un comportamiento que la autoafirma; de esta manera aparece la fuerza de obligar de la ética (no robes aunque puedas, cumple eficazmente con tu trabajo aunque no te lo reconozcan).
Por otro lado, el razonamiento moral tiene que ver con la subsistencia de comunidades, familia, pueblos, e instituciones. El equivalente a la firrnézá sérí~i, en el térréno moral, la cohesión de ese pueblo en mantenerse como tal. No cabe la generosidad entre pueblos, en la medida que esta socava la cohesión de quien la ejercita, es decir, la pretendida generosidad con otro pueblo esconde, siempre, un interés que la sostiene, por cuanto el propio pueblo que la ejercita precisa de todos sus recursos para sí mismo, para satisfacer sus propias necesidades, de ahí que las acciones generosas de un pueblo vengan de actividades civiles no gubernamentales. Las normas morales de un pueblo pueden llevar (históricamente) a matar a niños deformes y ancianos para fomentar la cohesión social, o permitir la pena de muerte para mantenerla; en este caso las normas éticas son neutralizadas por las normas morales y de alguna manera se podría generalizar diciendo que en los pueblos más primitivos las normas morales dominan a las normas éticas.
Las normas morales son políticas y su fortaleza reside en su eficacia para conseguir sus fines. En una situación de enfrentamientos entre estados vence el que tiene un sistema de normas morales más eficaz; es decir, no se vence por la razón de la fuerza sino por la fuerza de sus normas morales que le permiten ser más fuerte (sería el caso de Vietnam contra EEUU, o de Franco contra la República).
La fuerza de una norma moral estriba en la presión social que la sustenta, permitiendo, en ocasiones, que una norma legal quede por debajo de ella (en los países anglosajones la infidelidad de sus Presidentes puede llevarles a la destitución pese a no haber norma legal al respecto) (la norma de la mafia puede tener más fuerza que la ley) (la norma del Interés común o interés general también tiende a quedar por encima de la ley).
De esta manera las normas éticas y morales se encuentran, a veces, como complementarias y otras veces entran en conflicto. Por ejemplo, la caída de un soldado en zona enemiga y protegido poruna familia del bando contrario da lugar al conflicto entre la actitud ética de protegerlo y cuidarlo, que obedece a una ley ética y la de entregarlo a las autoridades, que es un acto patriótico y político, que responde a una ley moral. Así los individuos que actúan por principio éticos por encima de las normas sociales se exponen a sanciones del grupo. Este conflicto lleva al enfrentamiento entre personas o instituciones y de ahí la aparición de la justicia (normas jurídicas) que regula las situaciones de conflicto.
El principio fundamental de la moralidad es la justicia, entendida como la aplicación de las normas que regulan las relaciones entre los individuos o grupos que forman parte de una sociedad, y por ese mismo
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motivo de formar parte de una sociedad tienden a aplicarse en función, o clave, social. La fuerza coactiva reside en el Estado y pretende coordinar los conflictos entre normas éticas y normas morales y entre los conflictos de las distintas normas morales de los grupos que integran el propio Estado. Pero esta función del Estado no asegura que su actuación sea moral y ética, aunque respete sus propias normas legales y estas hayan sido promulgadas por un sistema democrático, ya que existe una jerarquía de intereses del Estado que a su vez jerarquizan las prioridades de las normas éticas y morales.
Así el Estado es el que resuelve los conflictos entre ética y moral a través del ordenamiento jurídico y su capacidad de coacción y, por ello, cuando una norma ética alcanza la esfera de norma legal, y con ella el temor al castigo por la infracción de una ley ética, da lugar a la desaparición, en muchos caso de la actuación por deber ético (como cuando se auxilia a un herido en la carretera por temor a la ley y no por un acto espontáneo de fraternidad).
Respecto del Derecho.
La hipótesis general es que las normas jurídicas presuponen las normas éticas y morales, pero estas normas jurídicas no son una relación de normas morales y normas éticas, aunque no se mantenga al margen de ellas. En realidad las normas morales y las normas éticas, en un momento dado de su desarrollo precisan ser formuladas como normas jurídicas y, es aquí y desde la fundación del Estado, donde se pueden considerar como una sistematización de normas morales y éticas, orientadas a resolver contradicciones, llenar lagunas y coordinar normas. En este proceso es donde las normas morales y las normas éticas alcanzan la forma de derechos positivos garantizados por el Estado. De esta manera la ética y la moral se convierten en la base sobre la que se edifica el derecho. Por ello la crítica al derecho no se debe ejercer desde la ética y la moral, puesto que dicha crítica carecería de firme fundamento, puesto que sería una crítica basada en la percepción subjetiva de los individuos y sus conceptos de justicia, libertad, felicidad,..., esta crítica se debe realizar desde la operación de criticar un derecho existente desde la perspectiva de otros derechos existentes y así fundamentar legítimamente esta acción.
Los Derechos humanos (civiles o éticos) y los Derechos ciudadanos
(políticos, morales, de los pueblos).
Respecto de los Derechos humanos (éticos)
La universalidad de los derechos humanos debe entenderse, por su contenido, cerca de la individualidad del hombre, incluso individualidad corpórea, que a su vez le hace prototipo del hombre universal y es el
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fundamento material de estos derechos (la materia de un derecho se refiere al contenido del mismo, en este caso el ser, individual y universal, humano).
El fundamento formal de los derechos humanos (formal de forma: viene de la capacidad de obligar que tiene la norma) reside en la realidad social (también realidad universal) que otorga al hombre, por el hecho de serlo, de derechos fundament es, cuya vio!ación en un sç lo ser, pone en peligro la formalidad de ese derecho en el resto de los seres.
Los Derechos humanos son normas éticas por cuanto se centran en el cuerpo individual del ser humano y es un deber ético que contrae un ser humano o una organización humana respecto de un ser humano universal.
La Declaración Universal de los derechos humanos (1948) es eminentemente ética y tiene como objeto a la individualidad corpórea personal del hombre y su protección frente a las normas morales que configuran los pueblos y las naciones por cuanto son sociedades y conjunto de sociedades cuyo fines están por encima de la individualidad de los seres humanos que los habitan.
Ese es el motivo por el cual la Declaración de los Derechos Humanos se apoya en consideraciones tales como “.... el desconocimiento y el menosprecio de los derechos humanos han originado actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la humanidad...” en la que se sobre entiende que esas barbaridades son producto de una actividad social que reduce al individuo y lo subordina a un bien superior, cual es el respeto por la moralidad del grupo que le permite subsistir como individuo dentro de una sociedad sin la cual no sería nada. De ahí el desconocimiento al que alude la consideración de las Naciones Unidas, como origen de ese ultraje a la conciencia de la humanidad, conciencia que, en este caso es ética y que pone por encima de los valores sociales el valor ético de la individualidad humana. Y consciente de ese conflicto, apela “... a que todos los pueblos y naciones deben esforzarse, a fin de que, tanto los individuos como las instituciones, inspirándose constantemente en ella, promuevan, mediante la enseñanza y la educación, el respeto a estos derechos y libertades....” . Proclamación en la que señala a la enseñanza y la educación como instrumentos para alcanzar los valores éticos, y esto es así, por cuanto los valores morales de grupo no los tuvieron en cuenta y se han de poner al alcance de los individuos para que estos se identifiquen con ellos, en la medida que deseen hacerlo, puesto que la ética se expresa desde el interior del individuo y la educación y la enseñanza solo pueden permitir el acceso a ese interior y el descubrimiento de esos valores éticos a los que el individuo es sensible. Si la ética se forzara como un comportamiento normalizado entraríamos en el terreno de las normas morales impuestas por el grupo y los actos “éticos” del individuo no emanarían de su solidaridad o fraternidad sino de la presión social de imponer la norma moral, y no hablaríamos de ética (individuo) sinode moral (grupo social).
Respecto de los Derechos de los Ciudadanos (derechos Pueblos políticos, morales).

Los Derechos humanos no cubren las necesidades morales vinculadas a los pueblos. Este hecho fue reconocido en 1976 con la proclamación de los Derechos Universales de los Pueblos, que se contraponen (como normas morales) a los derechos humanos (normas éticas). De esta manera, la plena consecución de los objetivos éticos de los derechos humanos trae como consecuencia, previa~ynecesaria,~e1 borrar todas las líneas geográficas o abstractas que delimitan fronteras, razas, etnias, religiones, culturas, etc. Precisamente los derechos de los pueblos precisan de esas delimitaciones para afirmarse como entidad social, de tal forma que los conflictos con organizaciones no gubernamentales aparecen precisamente porque éstas, de carácter ético (derechos del hombre) encuentran en las delimitaciones un obstáculo para su labor.
Algunos artículos, como el 6°,hacen referencia al derecho a la vida como una limitación de los derechos morales de los pueblos a aplicar la pena de muerte, pero no exalta este derecho sobre los derechos morales al afirmar “... Esta (la pena de muerte) solo podrá imponerse por los más graves delitos.... “ y más adelante garantiza que “... esta solo podrá imponerse en cumplimiento de sentencia definitiva de un Tribunal competente”. Hecho que, desde el punto de vista ético es absolutamente reprobable, pero moralmente (en determinadas sociedades) aceptable y exigible. También el artículo 7°reconoce la subordinación del individuo humano al bien común, al aceptar los experimentos médicos o científicos mediante libre consentimiento, lo que desde el punto de vista ético es reprobable por poner en riesgo la vida de un ser o su salud; pero, nuevamente, moralmente es aceptable ese riesgo por el bien de la sociedad.
El análisis podría seguir, con las limitaciones que se ponen a los grupos sociales frente a los derechos sociales de los individuos, lo que señala que también las normas sociales de un grupo entran en conflicto con otros grupos; de esta manera es como se consideran los derechos de los pueblos, también, derechos políticos de los individuos, es decir, derechos sociales o políticos que poseen los individuos en razón de vivir en sociedad y que los distinguen de los derechos éticos por ser estos emanantes de la condición individual (y corpórea) del ser humano.
El eiercicio de la política respecto a los derechos civiles y los derechos políticos.
Sin embargo a mí me gusta discernir entre derechos civiles y derechos políticos como derechos que tienden al conflicto. Los primeros serían los derechos humanos y, además, aquello derechos que forman parte del ejercicio de la individualidad del ser: el libre pensamiento, la libre
circulación, el derecho a amar, el derecho a la formación, el derecho a vivienda, el derecho al trabajo, el derecho a la no afiliación política o sindical, el derecho a la salud, el derecho a la vida, el derecho al alimento..., es decir, aquellos derechos que preservan y desarrollan su ser físico, espiritual e intelectual desde la esfera de lo individual y desde su propia autonomía, cuando este la alcanza. Yque entran en conflicto con los derechos políticos: libre asociación, propia ideología, derecho de reunión, estructura ~delEstadc y existerida de la Admiñisfración, libertád religiosa....que son derechos que derivan de la condición social de la humanidad.
De esta manera coexisten los Derechos Civiles con el Estado de Derecho, siendo este último una configuración de grupos y estructuras sociales que Rousseau definió en su funcionamiento como la pérdida de libertad propia en beneficio de la libertad colectiva, y dentro de esa libertad colectiva realizarse como persona. Obviamente, las estructuras de los Estados, y sus normas morales, tienden al sacrificio de los individuos dentro de una estructura acéfala que presiona a la sociedad ya que son los grupos sociales, con sus normas morales, los que pugnan entre sí por el rumbo de las decisiones del Estado, considerando cada grupo que su interés es el interés general (que encierra un principio de cohesión social, al que en caso de conflicto con otros grupos se ha de dar prioridad, incluso por encima de la ley), quedando el individuo perdido, en cuanto a individuo, en una inmensidad de grupos sociales que defienden un interés general, a la hora de hacer valer sus derechos éticos, como si estos, por el echo de ser defendidos por un solo individuo perdieran su condición de interés general (ya que soy de la opinión de que la defensa de los derechos civiles también permiten la cohesión social cuando se elevan a norma moral a respetar por los grupos sociales (es lo que llamaríamos Estado Democrático), ya que la estructura del Estado solo reconoce como interlocutor válido de intereses sociales a los grupos. Es de esta manera como el Estado tiende a anular las razones del individuo y le muestra el camino del grupo como única alternativa a la defensa de sus derechos individuales (y de esta manera convertir las reivindicaciones éticas en reivindicaciones morales, teniendo que competir el grupo que promueve la norma ética con otras normas ya establecidas y entrando en una dinámica negociadora).
La estructura política del Estado promueve la negociación y el acuerdo, cuando en la sociedad aparecen grupos que sostienen normas morales distintas, buscando la coexistencia; pero la naturaleza política del Estado, y la alternancia en el poder de distintos grupos, tiende a rentabilizar la acción política en función de los votos que le reportan en unas elecciones. Así grupos feministas, que en origen defienden normas éticas, pueden otorgar su voto a condición de la elevación de determinadas normas morales, propias del grupo feminista, a la categoría de Ley. O grupos de industriales pueden operar de la misma manera para conseguir ese mismo fin. La dificultad estriba en que la defensa de derechos civiles mediante grupos tiende a la formación de conceptos morales que atentan
contra los derechos civiles de otros grupos, y en que el reconocimiento de determinadas normas morales de grupo a nivel de ley pueden afectar a otros colectivos que no están estructurados y que consideran que sus derechos civiles están a salvo de grupos de presión. De esta manera los grupos sociales que presumen la defensa de derechos civiles, cuando salen de su esfera civil (defensa de sus derechos éticos), intentando plasmar su moral en la esfera social, entran en conflicto con los derechos civiles d~grupós rio b ~i~dó~indéféñsos, c~ñioó~~i~ipé~rdé existirla Declaración de los Derechos del Niño. Y aún es más grave cuando la influencia de estos grupos no solo buscan una legalización de algunas de sus normas morales , sino que persiguen la elevación de las mismas a interés general, para entrar en la esfera que permite forzar el ordenamiento jurídico con un prejuicio social (el prejuicio, ya dijimos, es la incorrecta interpretación de la libertad, de la justicia, de la felicidad,...). Sin embargo también existen grupos industriales, económicos, religiosos, políticos, sindicales, sociales, que ejercen una presión sobre el Estado de Derecho, e intentan imponer sus intereses, mostrándolos, siempre que es posible como un interés general y que están asociados a una moral de grupo, que también tienden a que sea reflejada normativamente en el conjunto de las normas legales. La dinámica del Estado se encuentra , como hemos dicho, en la negociación y la compatibilización de la actividad de todos los grupos, pero es inevitable que la actividad del grupo afecte a los derechos civiles de los ciudadanos, porque todo acto social lleva asociada una carga moral (normativa) que afecta a la libertad del individuo.


Los valores éticos y morales.
Los valores son concebidos como esencias ideales, cualidades independientes captadas por intuiciones emocionales a priori (Max Scheler: El formalismo en la ética y la ética material de los valores; Nicolai Hartmann: Ethik, Berlín 1926). El deber moral de una persona o un grupo es consecuencia de los valores morales y éticos y, portanto, condicionan el deber y, por ello la conducta de los grupos y de los individuos. El conjunto de valores admiten distintos grados de intensidad y existen dentro de una jerarquía, (así la salud es superior al dinero); además son irracionales, es decir, no se pueden comprender por la razón, y solo se captan por medio de una experiencia emotiva, personal y específica. El conjunto de valores éticos (propios) y valores morales de una persona hace de ella que sea apreciada y determina la calidad de esa persona (cualidad que también tiene que ver con la utilidad de esa persona en su entorno social; de manera análoga los valores de un grupo social determinan su valor y su utilidad social, y en alguna medida su calidad. Esto es así porque la calidad es el conjunto de cualidades de una persona o cosa que la hacen adecuada para realizar, con precisión, un fin determinado. La optimización de los conceptos de justicia, libertad, deber, felicidad, etc. le permiten cultivar un juicio moral y, consecuentemente, actuar, no por libre albedrío si no, por deber. 

Esto implica una correcta jerarquización de los valores éticos y morales que determinan nuestra actuación como individuos y como sociedad; y por ello los actos individuales y sociales tienen una carga moral y ética que se deriva de estos valores. Los objetos también soportan valores más allá de su utilidad, en tanto que aportan cualidades que afectan a la esfera psicológica y tienen, aquellos que son generados por la sociedad humana, una carga ética y - - -moral, que-proviene-del-modo~enel~quese han pro-du~idoEwl~m~dida que es una sociedad, con sus valores éticos y valores morales, la que genera productos de una manera determinada, es esa manera determinada la que define la naturaleza ética y moral del bien genera; independientemente de la utilidad inherente de ese producto. El conjunto de valores técnicos, éticos y morales de un producto determinan su calidad, por cuanto la calidad es el conjunto de propiedades de un objeto. Ello nos permite hablar de Calidad y Bien.


La Calidad y el bien.
La Calidad (del latín: qualitas, -atis) es la propiedad o conjunto de propiedades inherentes a una cosa, que permiten apreciarla como igual, mejor o peor que las restantes de su especie. La cualidad es cada uno de los caracteres naturales o adquiridos, que distinguen a las personas, a los seres vivos en general o a las cosas. Es la manera de ser, como se comporta en el entorno. La propiedad es el atributo o cualidad esencial de una persona o cosa. Carácter es el conjunto de cualidades o circunstancias propias de una cosa, de una persona o de una colectividad que las distingue, por su modo de ser o de obrar, de las demás.
Si la calidad es un conjunto de propiedades inherentes a todo ser, (las propiedades son las cualidades características de una cosa o persona) sea animado o no, quiere decir que las propiedades, como atributos o cualidades poseídas, son evaluables y calificables con el fin de compararlos con otras propiedades poseídas por otros seres de la misma especie. De esa comparación nace el concepto de idoneidad para un fin determinado y, de esa mayor o menor idoneidad para un fin, el concepto de calidad. Pero cuando hablamos de objetos y de la calidad de un objeto, y de sus atributos y propiedades para un fin (su utilidad en satisfacer una necesidad) hablamos de lo que un economista denominaría un bien.
Los bienes tienen capacidad de satisfacer necesidades preexistentes. Solo se considera bien si existe una necesidad real o potencial que sea satisfecha con el mismo. Los bienes existen en la naturaleza en mayor o menor proporción, dando lugar a los conceptos de escasez (leche, arroz, oro, pescado, ordenadores,...) y libres (agua, aire, luz solar,...), sobre los que se asienta la economía. Así los bienes libres pueden satisfacer nuestras necesidades sin contraprestación alguna; y los bienes escasos precisan ser intercambiados por otros bienes para ser adquiridos. A su vez, los bienes escasos se dividen en bienes de consumo (alimentos, ropas,..) y
bienes de equipo, destinados a la producción de otros bienes. Por su duración se clasifican en consumibles y duraderos.
Todo bien o producto que se pone en el mercado para su consumo ha sufrido un proceso de generación o fabricación que le permite entrar en ese mercado. Por ello se ha producido con un modo de producción que añade a las propiedades de ese bien otras propiedades que pueden ser ~ t ñbiéhl süjtiritésd la jérá~qüíá de los valores morales y éticos con que se han producido y que han dado lugar a unos impactos positivos y negativos en el entorno social, económico y ambiental.
Por otro lado la calidad es también cada uno de los caracteres naturales o adquiridos que distinguen a los seres o a las cosas. De aquí se deduce que, siendo el carácter conjunto de cualidades o circunstancias propias de una cosa, estos caracteres se pueden encontrar en la cosa o ser adquiridos por ella, aumentando sus cualidades y su calidad; es decir, existe la posibilidad de mejorar las cualidades de las cosas animadas e inanimadas, aumentando sus propiedades y, por ello, su calidad.
La calidad es también la manera de ser, de relacionarse con el entorno y, teniendo en cuenta las definiciones anteriores, la manera de ser de los seres y cosas se puede mejorar, por lo que señala una acepciones que se pueden aplicar a la sociedad y al modo de producción. Ya que la manera de ser de la sociedad (que provienen de sus valores éticos y morales), por su manera de relacionarse con el entorno, es la causante de la situación del medio social, económico y ambiental, de la misma forma que la manera de ser de un producto, por la manera de relacionarse con el entorno, es una causa más de la situación social, económica y ambiental, y, a su vez, es inseparable del modo de producción que lo ha engendrado, con sus impactos positivos o negativos en los entornos sociales, económicos y ambientales.
Así que la cuestión básica es como se comporta la sociedad humana en el entorno, cual es la jerarquía de sus valores morales y éticos, y de este análisis se extraería, en consecuencia, su nivel de calidad.
La sociedad debe responder a las aspiraciones éticas de su población (respeto por la vida, por la salud, el alimento, la formación, etc.) y a la vez satisfacer las normas morales que permiten su cohesión (una economía fuerte, unos derechos políticos y sociales,...) por lo que el Estado se encuentra abocado a una evolución donde, en cada momento determinado, primarán, en algunos aspectos, las cuestiones éticas sobre las morales; sobre todo cuando el medio social, ambiental y económico del planeta se ve comprometido por la actividad económica y por la trayectoria que han tomado las naciones más poderosas del mundo. El hecho de que la actividad económica comprometa la vida humana (su salud) señala, inequívocamente que son cuestiones éticas las que deben elevarse a rango
de norma que permita corregir los modos de producción, sostenidos por las normas morales (sociales) (aquí la tecnología compatible con la vida aparece como un instrumento de la ética). Por ello basta con introducir modificaciones en el modo de producción para que varíen las normas morales, lo suficiente, como para hacer compatible la actividad económica del hombre su vida en el planeta.
Paraintroduciresasmodificactones, esos valor~ hañdusa~ conceptos económicos que permitan mantener, a la vez, las estructuras de producción con sus normas económicas y los beneficios sociales que estas reportan a la sociedad. De lo que se trata es de variar las normas morales y éticas del modo de producción, por lo cual debe existir un alto grado de identificación de las estructuras económicas con estos nuevos valores para que sean libremente aceptados, pues de lo contrario, si no existe una identificación la actuación de los sectores económicos sentirán una presión normativa no deseada y por ello el éxito estará comprometido. Es decir, los valores éticos (respetar los ciclos de regeneración de las materias primas, incorporar tecnologías respetuosas con el medio ambiente, realizar las actividades económicas respetando los derechos civiles y políticos de los pueblos, desarrollar una política productiva de respeto a la vida y a la salud de los seres humanos en el presente y sin comprometer la de los seres humanos que vendrán en las próximas generaciones ) hay que afrontarlos, habida cuenta de los problemas derivados del desarrollismo, desde la convicción del sistema económico de que estas medidas son necesarias y útiles, transformándolas de valores éticos en valores morales que cohesionan al propio sistema económico y a la sociedad de la que emana. Puesto que han sido las normas morales del sistema económico (la conquista de mercados, el desarrollo tecnológico, la expansión internacional) y su afinidad con las normas morales del Estado (objetivos como: el bienestar social y económico de la población como fuente de cohesión), las que han traído como consecuencia el apoyo y el fortalecimiento del sistema económico sin reparar en las externalidades de tipo social, económico y del medio ambiente que esta prioridad absoluta traía; es decir, las normas sociales (morales) han predominado generando excesos sobres los derechos civiles (normas éticas) y se ha de facultar un medio técnico-económico-social, que sea capaz de realizar las correcciones necesarias para la satisfacción de esos derechos éticos sin menoscabar, es más reforzando, las normas morales del sistema económico y del Estado.
El sistema económico se basa en la obtención de beneficios por lo cual los valores morales y éticos que se le ofrece, deben reportarles unos beneficios económicos similares o superiores a los que ya obtienen, con el fin de compensar las modificaciones que en su modo de producción deban de realizar.
El hecho de que se haya planteado la cuestión de la calidad y de la mejora de un bien desde la perspectiva ética y moral, no tiene más objetivo que señalar la amplitud que puede alcanzar el concepto de calidad; pero obviamente es un lenguaje poco adecuado desde el punto de vista de la
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producción y la economía; simplemente se aporta como una proposición para la reflexión.
El éxito de la sugerencia estriba en que ya existe la demanda de productos que lleven incorporados, además de sus cualidades funcionales, cualidades éticas y morales derivadas de su respeto a la naturaleza (que es un respeto ético por cuanto afecta a la salud eL hombre), respeto a los di~é~hó~ de los hombres y de las naciones y una transparencia en la gestión (estos últimos derechos morales). Y que pueden existir productos que reúnen esas condiciones que pasan desapercibidos al consumidor, y otros, que por no estar regulado estos aspectos de los productos demandados por la sociedad, sin reunir estas cualidades, intentes atribuírselas ilegítimamente.
Estamos hablando de calidad en el modo de producción, y a la vez se presenta la oportunidad de mejorar la calidad de las estructuras sociales (por la relación existente entre modo de producción y sociedad) y satisfacer, con más eficacia, las aspiraciones éticas y morales de la sociedad.
Sin embargo los parámetros que permiten introducir esos conceptos económicos y valores morales y éticos, están por definirse. Pero, a su vez, el sumatonio de estos parámetros que evalúan el modo de producción de los distintos sectores económicos, permitirían evaluar la actividad humana en el planeta de una región o una Nación o una comunidad de Naciones, señalando los objetivos que cada sector económico se marca libremente para mejorar esa relación con el entorno.
En ese propósito se encuentra la Norma Básica sobre Bienes de Consumo (NBBC), que a través del modo de producción, que es el centro de la actividad humana, se evalúa la propia humanidad al establecer la calidad de la relación entre esta y los entornos sociales, económicos y ambientales, pero no solo como un instrumento de medida o control sino que representa un instrumento de mejora que permite trasladar al mercado el grado de esfuerzo realiza una empresa en el entorno social, ambiental y económico; ese esfuerzo del sistema económico representa un valor que se añade a los bienes que produce y que, de esta manera, no pasa desapercibido al consumidor.
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La crisis Financiera y Económica:
Se tiene por convenio que Adam Smith sea uno de los considerados padres de la economía, cuyos principios aún se consideranvigentes. Manifestó en uno de ellos que “los individuos no pretenden mover el interés general, ni saben cuando lo están promoviendo.... Lo único que buscan es su propio provecho”. De ahí se elaboró uno de los principios de la economía en el que la suma de los egoísmos se transforma, por la acción de la “mano invisible”, en un provecho para la economía Lp~is~ ~ ~ - Si, hipotéticamente, aceptáramos que un país es un ente cerrado, es decir, que nada entra ni sale de él, y que todos los procesos económicos se originan y concluyen dentro de él, el egoísmo de sus habitantes crearía unas desigualdades proporcionales a su falta de ética y moralidad en conseguir sus objetivos. Afortunadamente, para este principio de la economía, y en la época en que fue promulgado, los países son sistemas abiertos donde las materias primas entran y la salidade bienes para el comercio mantienen la economía. En la actualidad, el reconocimiento de la globalización hace de los países entes muy permeables a los sucesos económicos que se producen a miles de kilómetros, de manera instantánea, pero además adquieren mayor relevancia los límites del propio planeta y el concepto de “ente cerrado” y limitado para la economía se hace más patente. El egoísmo, aunque exista, y siempre existirá, seguirá siendo el principal motor de la economía, aunque que ya no se pueda sostener sobre imperios de ultramar donde desahogar la insaciabilidad del hombre, y aunque se constate sus efectos indeseables, ya que cuando los objetivos no se consiguen pormedio de la buena fe se echamano de herramientas que, pasando por el engaño y el desequilibrio en las relaciones, alcanzan, en último extremo, la confrontación. Debemos aceptar que la naturaleza humana, en la que se soporta la teoría económica, puede llegar a extremos que arruinen, no sólo el propio sistema económico de las naciones, si no la economía del planeta y acaben con las libertades civiles y las Democracias. Por otro lado, la sensibilidad de las poblaciones de los países occidentales está matizando ese principio de la economía, y sus habitantes se han vuelto más sensibles a las desigualdades existentes en el planeta, tanto económicas como sociales, y en el horizonte semuestra una afección en el medio natural porla acción humana, que estimulan una preocupación por la calidad de vida que, en un futuro más o menos inmediato, tendráel serhumano sobre el planeta.
Centrándonos más en la crisis financiera, hay que resaltar la rapidez con que las naciones occidentales han reaccionado para asegurar una solución pactada en éste problema que se ha generado en los EEUU. Los grandes negociantes del mundo siempre han creado todo tipo de “burbujas” en todos los aspectos de la economía. Estas arquitecturas económicas piramidales siempre han existido y existirán, puesto que el deseo de enriquecimiento forma parte de la naturaleza humana, y los sistemas económicos tienen fisuras por las que siempre podrán encontrar hueco estas formas de enriquecimiento fácil. En esta ocasión la burbuja ha alcanzado un nivel internacional que afectará, en modo de crisis, de manera más o menos acentuada y de una forma u otra, a todos los países del mundo. El principal efecto con el que nos encontramos, una vez identificado el motivo del mismo, es la falta de liquidez del sistema financiero internacional. En definitiva, nos han creado una crisis internacional que ahora debemos gestionar.
Las experiencias internacionales sobre gestiones de crisis mundiales se han basado siempre en dos grandes visiones: 1- La negociación internacional de la gestión de la crisis; que lleva aparejada acuerdos internacionales a nivel económico y financiero. 2- 0 la responsabilización de países tercerosen la generación del problema. Qd~ Ia~ f~Qntaçi~ns~mQin~trumtpar~impQnei~criterioseconómicos. 
En éste caso ha tenido éxito la negociación multilateral, optado por el respaldo internacional de la deuda generada por el propio sistema financiero. Es decir, cadapaís asume y garantiza, frente a terceros países, la deuda asumidapor su propio sistema financiero. Evitando así una escalada de reproches que podría haber derivado en la confrontación.
El siguiente paso es el de hacer frente a la crisis generada por la falta de liquidez del sistema, que obliga a dos acciones simultáneas: 1- La obtención de financiación de aquellos países que tienen reservas económicas. Como es el caso de las iniciativas de los países occidentales en buscar apoyos en los países árabes, ricos en petróleo, o de China, que respalda su economía en valores sólidos. 2- Y la fabricación de papel moneda, es decir, inflación más allá del 3% anual, que es la considerada como nivel sostenible.
A su vez, esta crisis debe gestionarse a nivel territorial por los mercados internacionales como la Unión Europea, ANSEA (en el sureste asiático), el Mercosur (en Latinoamérica), COMESA (en Africa meridional).., de ahí la demanda europea de la reunión del grupo del G-20 (países desarrollados y emergentes). Por ese motivo las repercusiones de estas medidas, y sus efectos en la economía globalizada, han sido previstas y consensuadas en Washington.
A nivel de Estados, estas medidas van acompañadas de acciones sobre el sistema económico y el tejido empresarial: 1- Se busca que una inflación controlada (es decir, que una inyección sostenida de dinero sobre el sistema económico) genere un aumento del consumo que sea respaldado porun aumento de la producción (y así evitar el alza de precios) y que dé origen a un aumento de empleo. Lo contrario significa una espiral inflacionista con pérdidas de empleo y aumento de precios. (Teoría Keynes). 2- Se debe buscar sostener y premiar aquellas empresas cuya gestión es correcta, para que el tejido económico-industrial quede, no sólo intacto, si no mejorado y potenciado durante la crisis.
Y, por último, las soluciones de las crisis también se abordan desde perspectivas políticas en un abanico entre dos posiciones básicamente polarizadas: 1- La potenciación de la acción del Estado en la actividad económica para generar empleo a través de proyectos de infraestructuras. 2- Y la potenciación del propio sistema económico, recortando el gasto público y apoyándose en la gestión privada.

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