La última
Guerra mundial había dejado profundas heridas en el territorio de Europa. Los
países que alumbraron la cultura occidental, y la extendieron por todo el
mundo, se habían enfrentado en dos guerras consecutivas, sacrificando decenas y
decenas de millones de seres humanos para conseguir una supremacía
económico-industrial y política sobre sus rivales, dentro de un concepto de
Imperio Nacional. Es decir: Pensando aún, que el mundo se debía seguir
conquistando para extender el poder de cada nación y aumentar su prestigio
internacional, su dominio militar y su supremacía sobre sus rivales.
Si bien la I
Gran Guerra, se pudiera haber concebido como el momento ideal para acabar con
los rivales, de una vez por todas, y determinar la supremacía del dominio, no
sólo en Europa, sino también el colonial, en África y en Asia; la realidad
mostró que el enfrentamiento, en muchos aspectos, fue un derramamiento de sangre
innecesario, pues el deseo de aplastar al rival y humillarlo para siempre,
permitió construir una idea de injusticia de los vencedores que se concretaría
con la II Guerra Mundial. Tan terrorífica o más que la primera y que determinó
el fin del concepto de imperio en Europa, aunque en Gran Bretaña se recuerde
con nostalgia y en EEUU Donald Trump quiera resucitarlo.
El problema
grave en Europa, aparentemente se había iniciado en la I Gran Guerra, pues
Alemania, en su afán de evitarse uno de los frentes de guarra, había apoyado
secretamente los inicios de la revolución rusa ayudando a Lenin a llegar a
Moscú, y dando origen a le Revolución Soviética y a la concreción del comunismo
sobre un territorio conformando un Estado. Por ello Alemania fue penalizada,
probablemente en el tratado de Yalta, con la división de su país, para
señalarle el grave problema que su argucia había causado al mundo. De hecho,
Alemania no pudo recuperar su unidad hasta que el comunismo cayó oficialmente
en la URSS, y empezó a dedicar todos sus esfuerzos a su reunificación y a
consolidar su participación en la CEE, en la que ha alcanzado el liderazgo.
Los EEUU ya
habían diseñado otro tipo de estrategia de expansión de su economía que no
precisaba de invasiones permanentes del territorio, ni de una ocupación militar
con fuerzas extrajeras. El ensayo lo realizó con España, después,
probablemente, de ver los magníficos resultados que la Revolución Francesa
dejaba como consecuencia en el continente americano: La independencia de las
colonias españolas, y, al final, la de los propios EEUU de Inglaterra. Decidió
declarar América para los americanos, señalando una barrera política imaginaria
cuyo mensaje iba dirigido a las potencias europeas – incluida Rusia (pues entonces e consideraba Rusia parte de
Europa, y participaba de los acontecimientos y decisiones políticas que acontecían
en el continente). Y a partir de entonces, mandó en Latinoamérica a base de
dólares, comercio, gobiernos títeres y dictaduras, con el pretexto de combatir
a los comunistas.
Y, sin embargo,
ello, después de varias décadas, sólo parece que fuera un pretexto, con el fin
de evitar que los gobiernos socialistas que nacían, controlaran su economía al
margen de la voluntad de los EEUU. La caída del dictador títere de Cuba, dio
paso a un tal Fidel Castro, que pretendió llevarse bien con EEUU – de ahí su visita rindiendo homenaje al
monumento de Lincoln; sin embrago, es posible que su visión comercial,
propugnando un comercio y una actividad que liberara a su pueblo de la
dominancia comercial norteamericana, y basado en la solidaridad, le pudo granjear
la peor de las etiquetas: Ser comunista; y con ello granjearse un enemigo
perpetuo: Los EEUU. Por lo que su seguridad
quedó en manos de la URSS (les recuerda esta
argucia al problema de la II República española?), configurándose un
tablero de ajedrez sobre el mundo, cuya partida se jugaba con el adversario soviético;
y sin embargo era una partida a muchos niveles de confrontación: Deportiva,
económica, tecnológica, política, estratégica, ideológica… con Rusia… pero con
la tapadera del comunismo… (pues con
China nunca se metieron los EEUU, ni siquiera durante la guerra del Vietnam, ni
tampoco en la de Corea). Y, sin embargo, sostuvieron su antagonismo hasta
nuestros días.
Fue Reagan
quien desveló claramente la estrategia de EEUU frente a Rusia: El escenario de
confrontación sería Europa occidental. Lo fue en las dos primeras guerras
mundiales y lo sería en la próxima. A EEUU no le interesa una confrontación
directa en el mar de Bering, donde tiene frontera con Rusia. Un ataque directo
sobre Rusia es una guerra imposible de ganar para EEUUU ni para Rusia. Siendo
así, el objetivo claro de los EEUU siempre fue Europa. ¿Por qué?
Por una simple
cuestión de supremacía de su imperio económico, tal y como lo tiene concebido
en la actualidad. El problema estriba en que Europa tiene más puntos de
conexión cultural e histórica con Rusia que con EEUU. Y además el territorio
europeo también forma parte de Rusia; por lo que la tendencia natural de la UE
es estrechar lazos con Rusia y terminar por generar un super-continente euroasiático
de cooperación, donde las comunicaciones, la economía, el transito libre de
personas y mercancías, harían de la cultura europea el líder mundial; y tal vez
se pusiera en peligro la hegemonía política de los EEUU para siempre – o eso es
lo que temen.
Las decisiones
de los grandes capitales de retirarse de Europa han provocado esta crisis en el
momento en que la UE empezaba a mirar a Rusia. Y, sobre todo, cuando las
exigencias en materia de seguridad alimentaria y garantías medioambientales en
los productos generados por las industrias, empezaba a ser una exigencia de la
población europea, asociada al bienestar económico de las clases medias y a la
protección integral de la vida de las personas por los Estados miembros. Además,
las políticas de pacificación europeas sobre el entorno de sus fronteras, estaban
dando lugar a las primaveras árabes, cuya funcionalidad estribaba en que aspiraban
a ser democracias laicas de corte europeo. Curioso es que las intervenciones de
EEUU y UK en Iraq pudieran las bases del odio a Europa – cuando Europa no intervino (si
exceptuamos a UK, y el gesto de Aznar – al verse desprovisto de amparo cuando
reclamó ayuda a Europa para evitar un confrontamiento con Marruecos a costa del
islote de Perejil – fuimos mofa en toda Europa, alentada incluso, por la
izquierda española – cuando allí nos jugábamos la integridad de nuestro
territorio; nuestro apoyo a esa guerra fue para mantener unido nuestro
territorio, por lo tanto fue un error de la Unión Europea atender las críticas
de la izquierda española, pues no eran otra cosa que oportunistas). Y ello hay que tenerlo presente siempre, el
fanatismo árabe ataca a naciones europeas que no participaron en esa guerra.
Guerra en la que sí actuó los EEUU como siempre lo hace: Armando a unos contra
los otros y luego utilizarlos o radicalizarlos en beneficio propio. (La estrategia norteamericana para provocar
guerras la conocemos en España: En Cuba hundieron su propio barco y luego
echaron la culpa a España. El resultado: Colonizaron comercialmente a Cuba y
Filipinas bajo la idea de haberse convertido en naciones libres gracias a los
EEUU – una deuda que pretendían que nunca se acabara de pagar. Algo similar y parecido
al conflicto que dio lugar la guerra de su propia independencia frente a
Inglaterra – de ahí que la población norteamericana sea tan propensa a las teorías
conspirativas).
En esta
ocasión, el proyecto norteamericano de libre comercio entre Europa y EEUU
supone, aparentemente, un grave retroceso en las garantías que hoy tenemos
sobre nuestros productos y bienes de consumo; así como un grave revés a los
derechos de los trabajadores europeos. Esta crisis provocada, a mi juicio lo ha
sido – y cuando una crisis se provoca se
sabe su evolución por otras parecidas – está allanando el camino a las
pretensiones norteamericanas, gracias a que en los países católicos (y ortodoxos) que más se oponen
culturalmente a la desprotección de sus trabajadores, está haciendo daño la
crisis, pues las políticas de contratos y de protección de la vejez están en
entre dicho, así como la asistencia sanitaria.
SE aprovecha EEUU
de su aliado en el continente: UK, cuyo antagonismo con el liderato de Alemania
se expresa en todos los terrenos:
-
Inglaterra se niega a la moneda única.
-
Inglaterra se preserva su economía opaca y sus
paraísos fiscales.
- Inglaterra se opone a la política de
pacificación alemana (Con lo de Ukrania los Ingleses están que no cagan – los alemanes
les han parado una guerra ya planificada y que nacía de un golpe de Estado dado
por unos ukranianos que se decían demócratas, y que habían contratado los
servicios de 300 tiradores, que estuvieron matando gente pacífica, en una
manifestación por la paz televisada – en la que echaban la culpa a los rusos – con
el fin de tirar por tierra el acuerdo y pacto promocionado por Alemania y la UE
para evitar el conflicto en ése país. La toma del poder por esos golpistas
obligó a Rusia a proteger sus bases navales en el Mar Negro, recuperando la
península de Crimea que había cedido a Ukrania después de la II Guerra Mundial;
y lo hicieron, con asesoría, aparentemente alemana, para no dar ni un solo tiro
– algo que reventó las intenciones inglesas y norteamericanas. Aun así,
derribaron un avión comercial en territorio Ukraniano intentando atribuirlo a
los rusos, con cientos de pasajeros muertos, y ocultaron a occidente las
noticias dadas en Rusia, sobre que ese día, a la misma hora, el avión del presidente
ruso llevaba el mismo trayecto, de vuelta de su visita a París. No es la
primera vez que se derriba un avión de pasajero estando los EEUU involucrados
en un conflicto con los rusos; ya ocurrió con Reagan y el avión coreano de
pasajeros derribado sobre suelo ruso, y que tenía la misión de adentrarse, como
en otras muchas ocasiones, sobre suelo soviético para detectar las zonas
oscuras de los radares rusos – informe según los servicios secretos israelíes).
-
Inglaterra se niega al libre tránsito de persona
en territorio de la UE
-
Inglaterra se va de la UE, pero …. (según sus
condiciones, si no la liará a su manera).
Así que las
diferencias con EEUU son claras. La visión americana tiende a una iniciativa
privada en la que cada cual se tiene que buscar la vida para procurarse el
bienestar y reparar su salud cuando sea necesario. Allí, la vida de las
personas se mide por la frase: Tanto tienes tanto vales. Y sin embargo Europa
tiende a una conciencia social propia del cristianismo y del catolicismo, que
ha sido reforzada y optimizada por la presencia del comunismo en Rusia.
Pues bien, estábamos
en plena guerra fría, cuando España pedía ayuda a Europa para evitar la
potenciación de los separatismos en nuestro interior. Serrat se ofrecía a
cantar el La, La, La, en catalán, obstruyendo la esencia del Festival de
Eurovisión. España había entado en ese festival el año 1961, a la vez que
Yugoslavia (fíjense que Yugoslavia era un
país del telón de acero y España aún se consideraba, por las poblaciones
europeas, una dictadura fascista – aunque ya hemos explicado que EEUU rompió el
bloqueo a Franco en 1955, y el PCE, con gran prestigio en Europa, inició el
aproximamiento a Franco). Y el régimen pidió a Europa que apoyaran la
canción del relevo de Serrat, Massiel, para dejar bien claro que Europa no
estaba detrás de esos símbolos separatistas. Y Europa hizo ganar a Massiel.
Massiel cantaría, después de recibir el premio, ya como ganadora, la canción pero en la segunda parte de la misma en inglés.
Al
año siguiente 1969, el festival se celebra en España. Una excepcional
presentadora, Laurita Valenzuela, dominadora del inglés y el francés presenta
el acto. Es digno de señalar que el adorno principal en el escenario recuerda al
Yugo y las Flechas, pero el yugo está sustituido por una gran Rosa central (símbolo del socialismo) y las flechas
por tubos a modo de rayos de luz (simbolizando
el éxito de la sociedad española – ya vivíamos el despegue industrial),
todo ello en un dorado, simbolizando el régimen español.
España canta,
con Salomé “Vivo cantando” (un obvio agradecimiento a lo hecho por Europa el
año pasado) , no se pierdan el simbolismo de la letra. Concluyen las
presentaciones de las 18 canciones y cada país va votando y, ¡¡¡¡eureka!!
Ganan cuatro
canciones por este orden:
Inglaterra, Lulu con
el tema "Boom Bang-a-Bang"
Holanda Lenny
Kuhr con "De troubadour" y,
Holanda votó a Inglaterra y Francia a España.
Todo un festival lleno de gestos visibles para toda Europa; por si alguien
tenía dudas, Eurovisión era el momento de explicitar, con claridad, los
acuerdos y las sintonías entre los países de Europa en medio de una Guerra Fría
propiciada por los EEUU. Lo que no se podía decir en privado, por temor a oídos
indiscretos o a personas inadecuadas, se decía en público ante cientos de
millones de espectadores.
¿Hemos perdido esa magia? Vean el momento histórico en color.
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