Miguel Ángel Ibáñez Gómez - maiges_ps@hotmail.com

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martes, 12 de julio de 2016

Líneas Generales para la NBBC

Líneas Generales para la NBBC


Proceso de fabricación y venta:
-          Energía: En el transporte de la materia prima, en el proceso de fabricación, en el punto de venta, en la destrucción de residuos y en el reciclaje. Impactos.
-          Materias primas: Indice de regeneración. Impactos.
-          Mano de obra: Bienestar general de los trabajadores y sus familias.
-          Ubicación: Beneficios para su entorno socioeconómico. Impactos.
-          Proceso de elaboración: (Impactos).
-          Embalaje: Biodegradabilidad de los materiales empleados, tiempo medio de biodegradabilidad. Impactos.
-          Transportes: Energía empleada e impactos en el territorio.
-          Marco de venta: Impactos del punto de venta.
-          Residuos: Biodegradabilidad y gestión económica del tiempo de degradación, impactos en el ambiente.
-          Reciclaje: Impactos.

La obtención de un material viene determinado por un impacto en el medio cuantificado por una matriz. Así, la producción de madera, plástico, cristal, etc. da lugar a un impacto medioambiental y sociocultural determinado por el sistema de fabricación.

La obtención de energía también está determinada, según el origen de esta, por un impacto medioambiental inherente a la naturaleza del origen de la energía.

Un proceso de fabricación en una rama de la industria determinada da lugar a un proceso de impactos propios de ese tipo de fabricación de bienes.

La venta de artículos da lugar a un tipo de impactos propios de los comercios.

Los residuos generados dan lugar a un tipo de impactos en el medio y el reciclaje y su procesamiento también origina determinados tipos de impactos.

El uso de bienes genera un impacto cuantificable.

Por todo ello la compra de un bien determina una serie de impactos en el medio ambiente , social y económico que debe regularse desde la información al consumidor.


La Normalización actual se refiere a aspectos técnicos desde una perspectiva industrial que regulan unos niveles de seguridad, racionalización uniformidad, características... etc. de unos productos o servicios que se ponen a disposición de otras empresas o de los consumidores. Así las especificaciones técnicas permiten la adquisición de una categoría ecológica a una planta industrial que produce bienes contaminantes o que realiza una barrera técnica que dificulta la competencia. El objetivo de la normalización existente es la propia industria, aunque sus consecuencia, positivas y negativas, lleguen al consumidor, normalmente ajeno a los sistemas de producción de la industria y los impactos que genera sobre el medio ambiente, económica, social y natural. Así la normalización existente no contempla el conjunto de la actividad industrial y se centra en algunos aspectos de la misma, ignorando la interdependencia existente entre la empresa creada, el bien creado, su destino final, su reciclado, la interdependencia con otras empresas, los capitales empleados, ... etc. (La marca AENOR se fija en el resultado final del producto durante su uso, pero no sobre todos los productos solo sobre una lista limitada. Las directivas de Nuevo enfoque se centran en las barreras técnicas, la seguridad y la salud desde la perspectiva técnica – industrial, abordando parte del problema del embalaje y sus resíduos. El marcoda CE es una barrera tecnológica de ámbito europeo. Las Certificaciones representa una  asunción de responsabilidades de los productos frente a terceros, o de cierto grado de responsabilidad medioambiental que no le permite competir en un mercado donde no se reconoce ese esfuerzo.).


La NBBC está compuesta de una guía de matrices que evalúan los impactos en la fabricación de cada materia prima, de cada bien, de cada fuente de energía, de los puntos de venta...etc. desde un modelo estándar  que se toma como patrón y sirve de medida para evaluar las actividades industriales y comerciales. Incluso permite evaluar el impacto de una familia urbana o de una ciudad media; con el fin de que las poblaciones también puedan acceder a un índice de calidad objetivo, sin que ese esfuerzo no sea reconocido hasta que no alcance el nivel ecológico (posible, por otra parte, en los núcleos rurales de dimensiones determinadas).

Cuando gestionamos una ciudad nos fijamos en las carencias que esta presenta y fijamos un plan de actuación en el tiempo para hacerles frente según las prioridades políticas y la visión del gobierno que en esos momentos se encuentre al frente. Las actuaciones se realizan por sectores administrativos y, de esta manera, se va configurando la acción política y su sensibilidad hacia algunos aspectos respecto de otros, delimitada esta actuación por cuestiones económicas, de urgencia en infraestructuras o de índole puramente estratégica o ideológica.
Cuando se crea una NBBC, la ciudad aparece como una empresa que suministra unos servicios, que gestiona un entorno y que produce un impacto ambiental como consecuencia de sus actividades. Ese documento Normativo señala, inequívocamente, los avances y deficiencias que presenta la gestión de la urbe, convirtiéndose en un instrumento de medida de los avances medioambientes, sociales y económicos, como un documento homogéneo e indivisible. Muestra las deficiencias y los éxitos de la gestión del gobierno y se convierte en un reto constante por la mejora de la calidad de vida, pues ese es el verdadero índice de la misma y adquiere el rango de Sistema de Gestión Ambiental, con sus objetivos temporales a corto, medio y largo plazo.
De esta manera la Administración se implica plenamente en un proyecto ambientalista sin precedente por la envergadura de la ciudad. Además se convierte en punto de referencia de otras grandes y medianas empresas, que acabarán por ver en el modelo una fuente de publicidad gratuita que llega a la opinión pública y los ciudadanos se acabarán implicando en una corriente ética que desde el gobierno municipal impregna la actividad ciudadana.

La Administración se convierte, así, en un modelo de empresa que gestiona todos los aspectos medioambientales, sociales y económicos, de acuerdo con una NBBC y circunscribe a la misma, tomando iniciativas en ese sentido, pero convirtiendo sus limitaciones en las limitaciones de la ciudad. Es decir, ciertas cotas de ambientalismo no se podrán alcanzar sin ciertas políticas encaminadas a ese fin. Así, un comercio del futuro no podrá obtener el más alto grado de compensación de los impactos ambientales si la Administración no le permite generar electricidad por medios blandos o si no se pone esta energía a su disposición. De esta manera la Administración encabeza una acción política ambientalista de repercusiones sociales y económicas que debe dosificar con una constante previsión de las perspectivas sociales.


En el rango del medio ambiente todas las empresas que se acojan deberán realizar una evaluación de impacto ambiental que permita determinar su punto de partida, y establecer unos objetivos medioambientales acordes con su tamaño y capacidad económica, a la vez que garantizar que sus empleados disfrutan de unas relaciones laborales dentro del marco legal. Esas dos condiciones le permiten disfrutar de dos años de etiquetado ambiental, tras los cuales deben de haberse conseguido los objetivos marcados en el terreno ambiental y fijarse unos nuevos, así como marcarse mejoras en las relaciones laborales. Con lo que aumenta el grado del etiquetado en los siguientes dos años. Al quinto año debe pasar una auditoría económica que determine la transparencia con Hacienda y que debe acreditar la vinculación social de la empresa con la Administración.



Para transmitir esta información al consumidor de la manera más sencilla se pueden establecer tres rangos diferenciados de compromiso con el medio ambiente, medio social y económico. Estos tres rangos tienen distintos grados de reconocimiento, al ser la cuestión medioambiental un aspecto de la economía en continua evolución.









Las evaluaciones de impactos que realizan las actividades comerciales para acogerse a la Norma permiten conocer la situación real de la industria en relación a su esfuerzo medioambiental, y establecer un punto de partida. 

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