Gestionar el pasado.
La tarde de
este sábado recién pasado era cálida; padre e hijo estuvieron hablando mientras
se hidrataban constantemente a base de botellas de litro y medio de agua. Ahí
bajo la sombrilla se estaba bien. Ya caída, muy caída la tarde el joven abordó
un asunto que parecía ya olvidado, aunque en su momento fue abordado de manera
que parecía una cuestión concluida. “Le dije a mis hermanos si querían que la
mama fuera a la cárcel”. El padre quería pasar de puntillas sobre esa situación
ya expresada hacía un tiempo pero el joven prosiguió. “Tenías razón papá y a mí
me pegaba al que más de todos”. El padre le contestó que pudo comprobar, el propio
hijo, que sus hermanos habían olvidado por completo aquellas circunstancias y
que normalmente esas cosas se olvidan cuando las personas alcanzan su autonomía
e independencia y el pasado infantil queda atrás. Pero el prosiguió: “cuando
nos dijiste que nadie nos podía pegar yo les pregunté a ellos si querían que la
mama fuera a la cárcel”. Ahí el padre, nuevamente se puso a meditar desde otra
perspectiva que le había pasado desapercibida hasta entonces.
Sabemos que a
los niños hay que protegerlos para que no se produzcan abusos; así nos lo venían
mostrando las películas norteamericanas de que era preciso abordar esa posibilidad
dando pautas claras y exactas a los niños. Es lo que pensó el padre en aquél
tiempo ya pasado. Las consecuencias, por ello, pudieron o no ser mayores
sobre todo para ese hijo que se había atrevido a preguntar a sus hermanos si
querían que la madre fuera a la cárcel. Parece
consecuente pensar que aquella pregunta a sus hermanos les llevaría a pensar la
pérdida ya no solo de la presencia diaria del padre sino también de la madre; ese
temor les llevaría, probablemente, en algún momento determinado, decirlo a
algún adulto de la familia materna tal vez para sobrellevar esa carga (o tal vez no) pues parece más difícil pensar que la sobrellevaran en solitario tantos y
tantos años hasta llegar a ser adultos, aunque sobrellevar en solitario cargas como esa también parece haberse observado. Si realmente fuera así y lo dijeran a
algún adulto como si de un secreto pesado se tratara, se podría concebir que
los castigos y golpes recibidos por el mayor, en mayor abundancia, tuvieran esa
justificación.
Le aseguraba al padre que la mejor solución debiera
haber pasado por ir todos ellos al entorno del padre.
(la vida viene como viene... suele ser así)
(la vida viene como viene... suele ser así)
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