Miguel Ángel Ibáñez Gómez - maiges_ps@hotmail.com

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domingo, 24 de mayo de 2020

Retorna el sábado noche el hijo con el padre (pero se "perciben" posibilidad de incidentes).


Retorna el sábado noche el hijo con el padre.

El padre, el sábado al medio día, se trasladó a la población donde se halla la urbanización, llegando a la parada del pueblo pasadas, no mucho, las 14 h (a pesar del retraso que el autobús tuvo para llegar a una de las paradas intermedias antes de salir de la ciudad, y que motivó que algunos de los usuarios llamara a la información de la compañía de autobuses temiendo que se hubiera sus pendido ese servicio por algún motivo inesperado, pero que por el contrario confirmaron desde  esa atención al cliente que el cierre de algunas calles motivaba ese retraso y que esperaran en la parada la llegada del bus, como así lo hizo con un casi cuarto de hora de retraso). Aún así esperó a que el hijo se comunicara con él, pues los mensajes que le mandó, como era costumbre en el padre de que estaba en camino hacia allí, aun el hijo no los había leído; y cuando el hijo los leyó le propuso el padre que dado que eran sobre las 16 h tomara una siesta hasta que la fuerza del Sol decayera algo (suponiéndose ello sobre las 18h) pero el hijo terminó por declinar dicha demora y pasadas las 16h se acercó al bar donde se hallaba el padre.  Aún comió algo de los macarrones que este llevó y a diferencia de veces anteriores señalaba que había comido ya declinando proseguir la ingesta. Ello les llevó a ver la posibilidad de realizar un pequeño paseo por la orilla del río pero declinaron también porque el lugar más cómodo seguía siendo el propio bar (en poblaciones de menos de 5000 habitantes ya dejan estar en el interior de los bares, por lo que se podía elegir entre terraza e interior). Después de pasar allí, en ese mismo lugar, hasta las 20:30h el hijo decide volverse con el padre a la ciudad y retorna a la urbanización a recoger sus cosas, no estando seguro de si la madre le pondría más impedimentos; a las 21:20h volvió el hijo preparado para marchar con el padre asegurando que la madre no le ponía ningún impedimento y que se hallaba con el novio que parecía quedarse a dormir.  Faltaban en ese momento hora y media para que el autobús saliera para la ciudad y le preguntó el padre si prefería volver en taxi o en bus, pero ante la falta de respuesta esperaron al bus.
Las mesas de terraza del bar donde esperaba ambos estaban todas ocupadas, a pesar de ser ya un poco tarde, y en el interior del establecimiento había también algo de personal; al ser sábado el personal parecía declinar volverse pronto a casa. Cuando faltaban unos 15 ó 20 minutos para que llegara el bus, el padre se percató de que por la acera de enfrente parecía que paseaban dos hombres de mediana estatura (uno de ellos enjuto y seco, y el otro aparentemente de complexión más normal, y de raza que parecía calé). Le llamó la atención al padre porque aun pareciendo pasear se detuvieron en la parada del autobús, casi a la altura de la marquesina que se halla enfrente del mencionado bar, al otro lado de la calle/carretera, pero que está dispuesta la marquesina no en paralelo a la carretera sino aprovechando una especie de ensanche que da acceso a un pequeño supermercado – hacia la derecha – y a un camino asfaltado – por la izquierda que baja al río. Así que ambos se detuvieron a esa atura y miraron desde ahí la terraza del bar unos instantes que parecieron largos, hasta el punto que daba la impresión de que iban a esperar el autobús, en la acera, al borde de la carretera – que es lo que hacen los usuarios que pretenden tomarlo de vuelta a la ciudad para que el conductor los vea y no pase de largo, pues hay varias paradas en el propio pueblo antes de llegar a la urbanización que se halla a la salida el pueblo.
Llamó aun más la atención porque uno de los hombres de aparente raza calé inicio con parsimonia el cruce de la calzada en dirección hacia la puerta del bar cruzando entre las mesas de la terraza y se le oyó decirle al camarero, mientras entraba en el interior del bar que si tenía tabaco. El acompañante permanecía al otro lado de la calle, sobre la acera, sin moverse, como esperando el bus. Pero  al final se decidió a cruzar, también parsimoniosamente, la carretera y siguió el trayecto que realizara su acompañante para encarar la puerta de entrada al bar,  pero en un momento dado, después de que parecía mirar el interior del bar desde el exterior de la puerta giró a su derecha y comenzó a caminar lentamente junto a las mesas de la terraza como si fuera a hablar con unas personas que se hallaban en una mesa determinada; parecía que les preguntara algo, pero ahí el padre pensó que ese hombre y su acompañante no eran de ese pueblo ni allí vivían pues en ratos anteriores, cuando alguien pasaba cerca de la terraza se saludaban visiblemente de modo cordial con los que por allí se acercaran por cualquier motivo. Aún le dio tiempo a ese hombre a girarse al lado opuesto de las mesas de la terraza y mirar por lo que parecía un escaparate del bar, como un mirador que en el interior tenía dispuesto una mesa y un par de sillas, como para poderse tomar un café o un refresco desde el interior del bar pero viendo la calle y a resguardo de cualquier inclemencia del tiempo. Miró el hombre en el interior del bar a través de esa gran cristal, como escrutando o evaluando el interior con interés para luego volverse sobre sus pasos lentamente, como quien pasea, cruzar la calle/carretera y situarse en el mismo lugar donde antes se había detenido, como esperando el en la parada del bus de regreso a la ciudad.  Aún tardó un poco más en salir su compañero del interior del bar, y lo hacía como metiéndose algo en el bolsillo (el pretendido paquete de tabaco por el que preguntó al camarero si había tabaco en ese bar); pero lo que llamaba la atención es que para sacar un paquete de tabaco, se había entretenido mucho, dado tiempo al compañero a realizar ese trayecto y volver a la posición de parada de bus.
 Aún sorprendió más al padre que se juntara con el compañero pero que después de seguir esperando en esa posición, como quien espera el bus para retornar a la ciudad, iniciaran, transcurridos unos instantes que parecieron largos y ambos mirando al bar sin hablarse, que iniciaran el retorno por la acera donde habían venido como paseando; dándole la impresión al padre de que no siendo de allí, de esa población (como parecía no solo por no saber si había o no tabaco en ese bar) sino también porque a esas horas ya de la noche; casi las 22:40h no se entendía que hacían por ahí y le pareció que al irse hacia el centro del pueblo fueran a algún lugar donde les hubiera resultado fácil aparcar un coche con el que regresar de donde vinieran.
En este momento de la noche es cuando el padre repara en dicha circunstancia, una vez ya en la cama, y de repente algo no terminaba de encajar en lo sucedido en la tarde, y ello le motivó a escribir este artículo. El hecho de que fueran calés, de que el hijo le dijera que la madre hace referencia a esa raza constantemente, de que pensara también el hijo de que fueran de esa raza quienes le estropearan la moto cuando vivía con la madre, y el hecho de que también desde hace un tiempo la madre guste por ese folclore y que haya dado clases en ese entorno al sur de la ciudad, donde también vive ella; y de saber el padre que ella es muy rencorosa y vengativa, (sobre todo después de narrar en los artículos de ayer las artimañas de esta señora) le mueve a señalar a los letrados del artículo precedente que, de ocurrir oportuno incidente grave sobre padre o hijo (que es lo que sugiere en principio la aparente exploración de estas dos personas cales en lo que parece un reconocimiento previo, facial y en persona, de un “objetivo”, y que es lo que suelen hacer todo tipo de personajes antes de enfrentarse a una persona que se presenta como tal “objetivo” – y que permite “ver” e intuir cómo es y que “impresión transmite” para desde ahí no concebir “sorpresa” o “imprevisto” ateniéndose a ese instinto de primero reconocer la víctima (y que resulta algo ya reiterado en ciertos ambientes de delincuentes e incluso algunos “abogados” cuando quieren ir más allá de los medios normalizados para resolver conflictos); vaya esta denuncia desde este blog y la autorización al letrado propio de utilizar todas las pruebas indiciarias que la madre del hijo ha ido manifestando desde hace un par de meses sobre su conocimiento de mafias e incluso sicarios, que fue el término que ella mismo utilizó para que todo ello se dispusiera en incriminar no solo a esta señora sino también investigar la relación con su equipo de abogados señalados en el artículo anterior, desde al menos hace cinco años a esta parte.
Tal vez esté dispuesta la señora  a pasar la jubilación en la cárcel. (y tal vez junto con ella alguien más que podría sorprender a la sociedad aragonesa)


Al final el hijo va a tener razón y tendrá que resolverse desde Madrid.

Personas comprometidas en este blog  que a bote-pronto recuerde el padre (y por testimonio del hijo también):

- La propia declaración de la madre de conocer mafias y sicarios, nada más llegar hace unos cinco semanas a la urbanización y amedrentar al hijo (ello en manos del abogado elegido por el padre).
- Las sinergias creadas por la madre en su trabajo de Adultos (Casa del Canal) con Policía Local, CNP (tal vez), Fiscal, Servicios Sociales Municipales, y población marginal o vulnerable (de ese entorno laboral y vecinal - que es el mismo - y próxima a actividades delincuentes)
- Sinergias de la madre al empadronar personal extranjero en su casa para facilitar acceso a prestaciones sociales o pagas. (de detalles de estas actividades tiene en abundancia el hijo, que ahora se puede ver como  un testimonio molesto).
-  Posible sinergia con Jefe de Policía Local nombrado en marzo de 1981 (por motivos paralelos o colaterales contra el padre). A causas de ello se realiza la pregunta de de si existen expedientes, como sugirieron algunos funcionarios retirados, sobre el personal municipal, también incluiría, por inercia, al resto de Jefes de Policía Local.

Otras sinergias posibles
- Sucesos relatados en artículos que incluyen el término "código rojo" de aparente intento de agresión al padre hace 10 años en el hall del Royo Villanova (en uno de ellos aparece la madre testimoniando contra el padre, llamada por un tercero) (en otro interviniendo una unidad de Bomberos sanitaria). Reflejado el hecho en una agenda de ese año comprada a propósito de tal hecho (y artículos posteriores)Después de publicar un artículo, aún vigente en el blog, sobre un suceso de hace 11 años que determinaba la veracidad del argumento de la película española "Lobo", con Eduardo Noriega; a causa de la petición por parte de un asesor de CHA de una copia de la NBBC, pues el anterior equipo municipal (Antonio Gaspar, profesor universitario de la UZ, interrogó al padre sobre cómo se le ocurrió hacer ese trabajo tan transversal; y el padre le contestó que a los 14 años concibió la idea que luego desarrollaría al trabajar en Tapicerías Dominguez y ver que los trabajadores realizaban listas de productos (marcas de comida etc.) de garantía ante la falta de seguridad alimentaria) de esa formación apenas le había dejado solo una hoja que aparecía perdida o extraviada. (?). Se denuncia en el blog la situación de que en TV Aragón Ramón Tejedor (Director entonces de un Instituto de la DGA) relata como idea propia las líneas e ideas fuerza de la NBBC cuyo estudio y trabajo fuera realizado muchos años antes por el padre y registrado como propiedad intelectual y repartido entre todos los grupos municipales de entonces y sindicatos; así como traslado del mismo mediante instancia al Gobierno de Aragón y al Gobierno Municipal. 
- Pintada en vasco, a lo ancho de toda la calzada prácticamente en frente de la casa del padre: Diciendo en vasco "felicidades pitera" con letras de forma vasca, al publicar en el blog todas estas circunstancias. (se publicó esta circunstancia de la foto también en el blog en su momento). 




 (cómo es la vida 




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