Miguel Ángel Ibáñez Gómez - maiges_ps@hotmail.com

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lunes, 11 de mayo de 2020

Mover el Estado, parce necesario.


Hubo personas que se dieron cuenta, casi desde el primer momento, que ni el hijo ni el padre eran como esta señora decía que eran. Cabe preguntarse porqué hubo quien se dio cuenta y por el contrario hubieron quienes no sólo no se quedarán al margen de semejante descripción, sino que se adhirieron activamente contribuyendo a aumentar el sufrimiento y dolor de ambos. Toca reflexionar.
Cuando el muchacho, como otros muchos, tuvo el primer desencuentro, apareció la Mater Nutricia presentándose como alternativa de compañía para él, para toda la vida. Le transmitía pensamientos con imágenes de ellos dos paseando ya mayores del brazo, y yendo de visita a actividades culturales o de vacaciones.
¿Qué puede haber dentro de una mente así? ¿Qué puede haber en la mente de una mujer para concebirse así ante su hijo? ¿Qué puede haber puede haber en la mente de esa mujer para pretender que en la mente de su hijo no haya más opción que las que ella propone?
Ahora que un psiquiatra particular parece considerar que son razonables las violencias de la madre sobre el hijo, y le asegura a la madre que no está loca, ella se envalentona. Un respaldo así hace concebir la persistencia de esa actitud materna en el permanente horizonte del hijo.
La Ciencia siempre tuvo dos caras. Una que busca el bien de todos por medio de la moderación, la normalidad y el respeto a la condición Humana que a todos nos hace iguales; la otra cara considera los roles de jerarquía como mejor manera de favorecer el control social de las personas; Desde esta última concepción señalada,  no hay oportunidad sin lucha por la independencia y de lo que se trata es de que las luchas ya no sean precisas y sea el sentido común el que emerja señalando que el respeto a toda persona pasa por reconocerle como tal y permitirle y apoyarle positivamente para que alcance su autorrealización. Dominar por dominar, como si de simple animales fuéramos, no es una buena imagen de todos nosotros, no habla bien de nosotros. Somos o debiéramos ser algo más que animales dominadores, siempre en lucha, constantemente en lucha por lo que consideramos nuestros "territorios" (y en esa expansión de "territorios" hay a quien no le importa invadir los de las personas pacíficas que les rodea, incluso inundando sus mentes de pensamientos que no les permitan vislumbrar una salida). Es como un imperialismo soterrado y perverso que siega libertades y proyectos de vida. Es uno de los mayores maltratos que se pueden concebir, vincular el afecto que el hijo siente por ella y  la bondad ingenua  de esa persona inteligente  como rasgos fundamentales que imposibilitan su independencia. Así parece concebir la madre que habilitan la administración de sufrimiento como si quisiera que tenga la oportunidad de comprender que él, el hijo, está muy equivocado y que no el mundo;  la sociedad no es, ni será nunca,  como él piensa que debiera ser. Y le pone como prueba de ello la propia vida del padre. (de la que ella como mujer también pretendió que nunca tuviera una oportunidad real). La mujer ha creado a alrededor de sí misma, un mundo a su medida y pretende, sin duda, y por todos los medios disponibles a su alcances, que siga siendo así.
La posibilidad de que la madre tenga éxito en todas sus pretensiones es real. Basta para comprender esa posibilidad con releer el artículo anterior (que nos habla sobre la inmovilidad del Estado). Se intentó recalcar que el Estado no es un ente abstracto o indefinido, aunque así no los pudiera parecer; está definido en su relación con los ciudadanos por las personas que en él sirven y trabajan como funcionarios, y responden a un criterio sostenido no solo por las leyes, sino por la interpretación de las mismas que se realiza desde las altas esferas de cada una de la instituciones que componen el propio Estado. Esa concepción se viene mostrando en las relaciones que los Estados han venido manteniendo durante siglos con otros Estados por medio de la política (basado en la diplomacia) por la cual se persigue una relación ventajosa respecto de cualquier otro Estado, pues se considera que los Estados pugnan y rivalizan, legítimamente, entre sí para obtener las mayores ventajas y recursos posibles para sí mismos.  Desde este punto de vista se pudiera entender que los Estados son proclives a crear las condiciones necesarias para hacer percibir, a otros Estados rivales, que se hallarían en desventaja respecto de ellos, persuadirles de esa situación de desventaja para así negociar, con provecho propio, acuerdos o pleitesías; en esta constante rivalidad pueden aparecer aliados de unos y otros Estados, que comparten intereses o visiones comunes. Se concibe así que los Estados son legítimos en crear condiciones adversas sobre otros Estados,  para someterlos a sus  propios intereses. Y en estos antagonismos, que en sí mismos representan un ambiente implícito de coacción permanente (similar al que los propios Estados suelen generar con algunos de sus ciudadanos, haciéndoles conocedores siempre y en todo momento, que como Estados tienen a su disposición todos los recursos legales y coercitivos para hacer cumplir sus fines en cualquier relaciones que con ellos estableciera) pugnan por imponer sus condiciones sobre otros Estados llegando, en casos extremos a la violencia más extrema.
Existe pues una relación directa entre la figura de como se relacionan los Estados entre sí y cómo lo suelen hacerlo también los ciudadanos entre sí (pues el Estado proyecta sobre sus ciudadanos, con mayor o menor fortuna, ese mismo criterio con el cual establece sus relaciones, y lo expresa de manera más determinante en sus relaciones internacionales cuando en ello le va la subsistencia).
Se pudo concebir al final de la Segunda Guerra Mundial, que la violencia extrema en el mundo que supuso esa contienda mundial, causó un sufrimiento extremo en millones y millones de personas; y que resultó concebido como absurdo, cruel e inhumano, mostrando como los Estados eran capaces, llevados de sus antagonismos, rivalidades, luchas, tramas,  conspiraciones, propagandas, mentiras… y en general de sus ambiciones de dominio, a llegar a considerar en la práctica que al vida de sus ciudadanos, de las personas que habitan en sus propios Estados y que con el trabajo y esfuerzo diario los sustentan como tales Estados, a la definitiva resulta prescindible y se puede sacrificar inútilmente, a millones  y millones de jóvenes  en frentes de batalla contra otros jóvenes que ni entienden ni comprenden el porqué se han de matar unos a otros, cuando tienen en común el ser personas, tener una vida por delante y no comprender el porqué sus Estados le mandan matarse entre sí.
En la primera Guerra Mundial se produjo una declaración de paz, unilateral, promovida por los propios soldados de cada bando; la tegua se extendió a lo largo de kilómetros y kilómetros del frente de guerra y pretendieron los soldados que dicha tregua alcanzara la condición de paz y fraternidad. La respuesta de los generales de ambos bandos fue declarar parar la guerra en el resto de frentes, y unir sus fuerzas para aniquilar entre todos a aquellos soldados rebeldes que pretendían imponer la paz por medio de la paz misma. Y así lo llevaron a cabo, fue uno de los gérmenes de pacifismo, que había sido precedido por el fusilamiento del primer objetor de conciencia declarado en EEUU y que se negó a servir en el ejército para ir a una guerra. La película de Charlot, “Armas al hombro” (https://es.wikipedia.org/wiki/Shoulder_Arms), fue concebida para que el público Norteamericano considerara que la guerra que se estaba llevando a cabo en Europa no era tan cruel como imaginaran y que incluso pudiera ser divertida y aportarles a la vez una actitud heroica, promocionando así el alistamiento más jóvenes para el combate; las primeras secuencias de esa película fue censurada, donde se veía a Charlot como padre de familia, con hijos en la casa y atendiéndolos junto con su mujer y siendo reclamado por el ejército por ser reclamado para el combate. No fueron, sin embargo, de censura las imágenes que representaban similar forzoso alistamiento en una película de El Gordo y El Flaco, que siendo vagabundos y durmiendo un parque público ven como la policía va reclutando a sus colegas sin techo para mandarlos a los frentes de guerra.
Si ya fue grave la crueldad extrema e inútil de los generales de ambos bandos ordenando cargas absurdas desde las trincheras y mandando a una muerte segura a sus jóvenes soldados (todo ello reflejado y documentado el cine) aún resultó ser más cruel la Segunda guerra mundial, donde por primera vez los Estados ensayaron la intimidación y el terror de la violencia extrema sobre la población para minar la moral del Estado adversario (las primeras experiencias de bombardeos en masa de ciudades, bajo el pretexto de objetivos netamente militares; se llevaron a cabo en España, durante el derrocamiento de la II República por medio de la Guerra Civil ( Durango y Elorrio. OchandianoErmuaElgueta y Guerricaiz.  bombardeo de Guernica). No solo se buscaba aterrorizar a la población adversaria para que decayera en su apoyo al Estado, sino que se fue capaz de señalar un ideal político a través de una Verdad Única (bien definida y precisada con claridad) que excluía de la concepción de personas, o seres humanos,  levándolos a la condición de meramente animales inferiores, en razones diferentes: por razones de ser razas inferiores y malignas (Judíos, Gitanos, eslavos, y las razas no puras y ajenas a la Aria); en razón de ser un gasto inútil para el Estado (personas con enfermedades físicas o por procesos psicológicos,); por ser personas pervertidas o contra natura según el criterio de ese Estado (Homosexuales, transexuales, bisexuales..); por razones ideológicas que cuestionaran la Verdad única que sostenía el Estado (estudiantes, intelectuales, demócratas, librepensadores, socialdemócratas, socialistas, comunistas, anarquistas…); en razón de expresar pensamientos y opiniones que contrariaran o cuestionaran el signo con que se muestra la autoridad del Estado (pacifistas, internacionalistas, sufragistas, feministas,..  ) y por supuesto, cuestionar la manera y los excesos llevados a cabo con los adversarios (declarados como enemigos por el Estado) o esa población adversaria durante el desarrollo de la propia guerra (fusilamientos en grupo de los propios soldados que sirven al Estado; incluso de generales y mandos que no consiguen su objetivo, o de aquellos que  sugerían la paz y el acuerdo con los adversarios). Toda esta hecatombe apocalíptica produjo decenas de millones de muertos en el mundo (entre combatientes y civiles) millones de heridos, de vidas destruidas y de sufrimiento extremo, cuando un Estado (como otros también hicieron) concibió la existencia de Una Verdad Única y la precisó detalladamente imponiéndola mediante la fuerza, el ejercicio de la violencia y bajo el principio de exclusión y supremacía.
Internacionalmente, ya acabada la guerra se fue siendo consciente de la magnitud de las consecuencias de la misma, lo que llevó a realizar una evaluación del drama vivido.
(conmocionó la gran destrucción material ocasionada, con la escasez de recursos básicos para las poblaciones civiles que les llevó a padecer penalidades, y también la propia vergüenza que se pudiera sentir viendo a qué extremos de violencias y deshumanización eran capaz de llegar los propios Seres Humanos sobre otros Seres Humanos cuando poseían, sin contrapesos, todos los recursos de un Estado; incluso se analizó la parte de responsabilidad que el resto de Estados pudieran haber tenido para hacer posibles ambas barbaries dadas consecutivamente en la primera mitas del siglo XX, y después de constatar, por medio de los testigos que vivieron esos crímenes en primera persona la crueldad, el desprecio por la vida humana y e incluso la frialdad y el sadismo que se empleó con civiles de todas las edades (mujeres niños, embarazadas…) para realizar experimentos médicos y científicos)
Se consensuó que aquella experiencia traumática, vivida, de alguna manera, transversalmente por la mayoría de los países occidentales, que así mismos se consideraban los portadores de los valores esenciales que definen la Civilización Humana, no debiera repetirse; para ello se deberían concebir y crear los medios e instrumentos esenciales internacionales para asegurar que siempre existieran los cauces  necesarios para por medio del diálogo, evitar nuevas tragedia de semejantes dimensiones e impulsar los valores que hacen posible concebir la paz entre los Estados- Sí se creó, primero, la ONU, como órgano internacional, sostenido por todos los Estados miembros, con la finalidad de crear un especio permanente para el diálogo, la prevención y la resolución de conflictos; y consecuentemente, la ONU creó, con la finalidad de la prevención de conflictos, organismos internos destinados a la evaluación de los problemas esenciales que afectan o pudieran afectar a la Humanidad en su calidad de vida, para evitar que fueran causas de conflictos que pudieran desembocar o ya estuvieran desembocando en violencia y en guerras.  

Tal vez creamos que al estar viviendo un periodo prolongado de relativa paz entre los Estados e incluso en escenarios de cooperación como lo es la UE, aquellas prácticas de rivalidad entre Estados hayan cesado para siempre y la forma de proceder de los Estados haya variado definitivamente.  Uno de los instrumentos que se promovió para iniciar un camino determinante hacia la paz y el entendimiento en el seno del los territorios donde los Estados se habían enfrentado violentamente durante siglos, y con especial virulencia en el siglo XX, fue la creación de la Comunidad Europea del Carbón y el Acero, cuya evolución daría lugar a la CEE y posteriormente a la UE.
La UE es pues el resultado del instrumento destinado a aunar los esfuerzos de los Estados en la reconstrucción de Europa dentro de un marco de Autoridad compartida que evitara las rivalidades y desconfianzas que en el pasado llevaron  a los conflictos entre los Estados europeos y a la guerra; de ahí se pasó a un plano más superior de cooperación haciendo posible la CEE, libre mercado, libre tránsito de mercancías y personas, llegando, a la situación actual donde con la creación de la UE compartimos normas, políticas de defensa y ayudas a los sectores productivos; con una moneda común y con una Corte de Justicia, como última instancias de protección de los Derechos de las personas en todos los Estados miembros. A imitación de este proyecto europeo de cooperación entre Estados, nacieron otras uniones comerciales: Unión Económica Euroasiática , en África las siguientes Acuerdo de Agadir, Comunidad Africana Oriental , Unión Aduanera de África Austral ,  Comunidad Económica y Monetaria de África Central , Mercado Común de África Oriental y Austral , Unión Africana , en el continente americano: Mercosur, Unión de Naciones Suramericanas, Tratado de Libre Comercio de América del Norte, Alianza del Pacífico, Comunidad Andina de Naciones en Asia: Asociación de Naciones del Sudeste Asiático y en Oceanía: El Foro de las Islas del Pacífico.
La imitación en la iniciación de proyectos semejantes, de Uniones comerciales de Estados por zonas geográficas comunes y con comunes signos identitarios, representa, en sí mismo, el camino que es considerado como más adecuado para que las rivalidades que son comunes a todos los Estados, por su propia naturaleza de Estado, encuentren un cauce de comunicación permanente al construirse instrumentos de esta naturaleza que hacen posible que cada Estado miembro conciba que comparte intereses comunes con el resto de los Estados integrantes de esa área que crearon para el  libre mercado; y el libre mercado lleva a acuerdos y reglas que todos deben respetar, pues al respetarlas respetan también el derecho a la existencia del los otros Estados bajo reglas comunes que a todos obligan.
(el libre mercado garantiza el acceso de riqueza a cada Estado miembro, pues en él vende y comercia con los bienes y servicios que en su propio Estado generan sus ciudadanos, garantizando así un bienestar proporcional a sus ciudadanos en razón del valor que la producción de bienes y servicios alcanza en un mercado internacional sin trabas generadas por otros Estados; es decir, el libre mercado es el reconocimiento a un Estado de poder vivir de sus propios, trabajo, creatividad, y poder ponerlos, desde la libertad, en un mercado sin trabas ni obstáculos que pudieran poner otros Estados rivales que consideraran que la prosperidad de un Estado significara el detrimento de la propia prosperidad  como ocurre cuando la rivalidad entre Estados les llevaba a poner dificultades a los Estado rivales llegando a la confrontación abierta).
La similitud con ciertas maneras de proceder en las relaciones interpersonales de los ciudadanos comunes parece evidente.
Es obvio, o al menos lo parece, que el comportamientos de los Estados, según cooperen o rivalicen entre sí, es similar a los de los ciudadanos; pero tal vez resultara mejor expresado si consideráramos que los ciudadanos tienden a emular la manera de proceder de la figura les resulta más determinante y fuerte, y así lo acredita consiguiendo sus objetivos.  
Así que concebir que una persona que ha ejercido autoridad en su profesión al servicio del Estado se alinee e interiorice esas premisas en las relaciones interpersonales, y utilice todos los medios a su alcance en experiencia y conocimiento del medio social para conseguir sus fines, sobre todo si considerara que esas relaciones  de otras personas deben de transcurrir por el sendero que ella preconcibió , puede resultar un argumento coherente para quienes compartan que la idea de la fuerza, así empleada en tal fin, se debe considerar legítima en estas circunstancias concretas; y por ello comparta esa misma visión. Por lo cual, desde determinadas esferas del Estado se podría coincidir en los argumentos de maltrato de la maltratadora considerándolos legítimos.  Ahí es donde está el riesgo evidente que ahora se expresa en el respaldo de un psiquiatra a la actividad coactiva de la madre. Hay posibilidad  de conexión en maneras y formas con la visión del Estado.
La visión de que un Estado, en sí mismo, más particularmente el nuestro, a veces muestra signos evidentes de ser realmente estático, lo muestra en cómo concibe las relaciones y trato con los más vulnerables (cuando hablamos de que siguen existiendo ideas poco móviles, poco flexibles  poco transformadoras que modifiques esencialmente la visión sostenida hasta ahora). Ello no es solo evidencia de una inmovilidad que tiende a definir la naturaleza del Estado en sí, sino que pudiera interpretarse también como síntoma de que el Estado estuviera preparado y concebido para desandar o retroceder o reinterpretar más adversamente lo que hemos venido considerando avances sociales consolidados en otros aspectos (de los que creímos inviable una vuelta atrás). Uno de los síntomas que podemos observar de la posibilidad de este retroceso se halla, análogamente, en el ambiente de incertidumbre internacional que reina entre los Estados, al observar dudas en la propia UE para seguir avanzando en una unión más efectiva, y común, en derechos y protección de los propios ciudadanos europeos.  En medio de un marco de intento de cambio de paradigma internacional encabezado por UK  y EEUU.
Es por ello coherente considerar, que para que prosperen los valores que emanaron – desde la consternación evidente de constatar la inmensa tragedia que supuso las guerra mundiales para todos, en especial para los Estados Europeos, -  resulta imprescindible seguir, persistir e impulsar esos mismos valores de paz y respeto a la libertad y los derechos de las personas, que emanaron de la ONU y que obligan a los Estados a cumplirlos; así como poner gran interés en que los proyectos que emanaron - para evitar que aquella horrible visión se repitiera -  como lo son la Unión Europea, sigan siendo respaldados plenamente por los ciudadanos; pues son esos proyectos los que obligan a los Estados miembros a sujetarse a respetar el Derecho de sus ciudadanos (tal y como deben ser interpretados: Como lo señala la ONU); pues es la ONU quien mejor percibió y sigue percibiendo hasta dónde pueden llegar los Estados haciendo sufrir y padecer a sus ciudadanos en interés del propio Estado. Haciendo así posible que el Estado, transite, se mueva, para considerar desde otras perspectivas más positivas, a todos los ciudadanos y así mismo. Y ello acabe por consolidarse como ADN de nuestro Estado y de todos los Estados.



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