Para aquellos que piensen que Europa
estaba realmente dividida después de la guerra y que compartía la rivalidad que
existía entre EEUU y la URSS de manera plena, aquí tienen una posible prueba
más de que esa idea ni era tan cierta ni unánime como pudiéramos pensar en la
actualidad.
El símbolo más
representativo de esa edición del Festival, asemeja a la bandera de la OTAN,
con un eje norte sur y este oeste, cumplimentado con notas musicales rojas y
azules (alguien quiere más símbolos de lo que Europa vivía en ese momento?).
Es posible, que,
en el resurgimiento industrial de Europa, después de la II Guerra Mundial, se tuviera
muy presente, por aquellos que dirigían los países que hoy conforman la UE,
todo el sufrimiento, muerte y devastación que acabó con la vida de millones de jóvenes
y de población civil. ¿Había merecido la pena? La distancia entre la visión
socialista y la capitalista, y su escenario de confrontación: Europa, hacía
posible que el continente, permanentemente amenazado por la mutua desconfianza entre
los antagónicos, realizara, más veces de la que imaginamos ahora, gestos claros
de que la paz era posible; incluso desde las perspectivas ideológicas tan
diferentes.
En España se
establecen relaciones diplomáticas con los países del Este (1970) y con la URSS.
Checoslovaquia y Yugoslavia ya han participado en Eurovisión, aunque no lo
hagan ese año, como Portugal.
España envía a
Julio Iglesias con el tema Gwendolyne (Nombre celta: la mas bella de todas las rosas. También es quien cuida de los niños perdidos en Peterpan),
y un mensaje, aparente, de profunda decepción hacia la CEE, pues España no tenía el paso
franqueado. (Una atrevida interpretación señalaría que: El símbolo del
Festival, realizado en Holanda, podría ser un mensaje de que nadie entraría en
la CEE sin pasar por la OTAN).
Pero el Gobierno español, por medio de López
Bravo, consigue (1970):
El Acuerdo Económico Preferencial
entre el Estado Español y la CEE fue
un acuerdo firmado por el Ministro Español de
Asuntos Exteriores Gregorio López Bravo y el presidente del Consejo de
Ministros de la Comunidad Económica Europea en octubre de 1970. Había sido preparado
sobre todo por Alberto
Ullastres, representante de España ante las Comunidades Europeas.
El acuerdo hizo que España pasase a ser país asociado a la CEE
con trato preferencial en comercio, la CEE redujo un 30 por ciento los
aranceles de la casi totalidad de los productos españoles, salvo para algunos
que lo sería un 10 por ciento. Además, los productos españoles entrarían libres
de todo obstáculo contingentario y se obtendrían reducciones de ciertos
productos agrícolas. Este acuerdo rompió el aislamiento del franquismo en
Europa.
Los Ministros
más sobresalientes de aquél momento en la España de Franco eran:
Tomás Allende y García-Baxter
Se licenció en Derecho por la Universidad de Madrid. Fue alférez provisional en la Guerra Civil Española. Durante la dictadura franquista fue Procurador en Cortes en diversas ocasiones por el tercio familiar y consejero
nacional, y se le ha considerado el primer y único político que defendió y ganó
una interpelación a las Cortes de Franco en relación a la reforma agraria. fue uno de los primeros
impulsores de la entrada de España en la CEE.
Gregorio López-Bravo de Castro
Se
opuso a la política económica de Falange Española de
mantener la autarquía, formando parte del equipo de los llamados tecnócratas.
En 1969 fue
cesado para pasar a ser ministro de Asuntos Exteriores, siendo
continuador de la labor llevada a cabo por su antecesor, Fernando
María de Castiella Maíz. En su labor al frente del ministerio trató de
aproximar las relaciones entre España y los países del este de Europa, en
especial la Unión Soviética, con la
que no existían relaciones diplomáticas, consiguiendo la apertura de oficinas
comerciales permanentes de ambos países en Moscú y
Madrid respectivamente, pero se opuso a establecer relaciones con Israel. Fue
relevado del ministerio durante las conversaciones con el Reino Unido sobre la soberanía de Gibraltar al no obtener avance alguno en la materia
después de haber permitido que en la reunión de la Asamblea
General de las Naciones Unidas de 1973 no se tratase la cuestión.3 Tras la muerte del dictador, resultó elegido diputado4 por Madrid en
el Congreso de
los Diputados por Alianza Popular desde
el 15 de junio de 1977 al 29 de diciembre de 1978, fecha en la que renunció al
escaño como protesta por la entrada en vigor de la Constitución
Española ese mismo día.
José
Luis Villar Palasí
Impulsó la Ley
General de Educación y Financiamiento de la Reforma Educativa que
supuso un importante esfuerzo de modernización del sistema educativo, entre
cuyos principales hitos destacan la enseñanza primaria obligatoria
hasta los 14 años con la Educación General Básica (EGB) y creó la Universidad
Nacional de Educación a Distancia (UNED). La reforma educativa, además de
establecer la EGB, creó el Bachillerato Unificado Polivalente (BUP)
y la Formación Profesional (FP). Entre otras prerrogativas, la nueva norma
establecía que en las regiones en las que además del español se utilizara otra
lengua se estudiaría obligatoriamente una asignatura de esta lengua
Laureano López
Rodó
Después de la muerte de Franco, participa en el
proceso de reforma política. Fundó el partido Acción Regional, que
apostaba por el regionalismo frente al uniformismo del Estado propio del ideario
franquista.2 López Rodó se había presentado a las primeras
elecciones democráticas como cabeza de lista por Barcelona, y
resultó elegido diputado al Congreso, participando activamente con enmiendas en la
elaboración de la Constitución
española de 1978, como miembro de la Comisión de Asuntos
Constitucionales y Libertades Públicas.
Fue designado para formar parte de la llamada
«Comisión de los veinte», cuya tarea fue redactar el proyecto del Estatuto
de Autonomía de Cataluña de 1979. En 1979 abandona la política por desacuerdos con
AP y se reincorpora a su cátedra de laUniversidad
Complutense de Madrid Fue uno de
los personajes más relevantes de la segunda mitad del franquismo así como de la Transición.2 Habiéndose
posicionado a favor de la modernización del régimen franquista y de su
evolución hacia una monarquía
parlamentaria similar a otras democracias occidentales, se convirtió en uno de los más
firmes partidarios del nombramiento del entonces príncipe Juan Carlos como
sucesor del general Franco al
frente de la Jefatura del Estado, a la vez que facilitó el camino a la Ley para
la Reforma Política.
Nota: Es posible que mucha gente del presente, del mundo de la política, haya estado interesado en hacer creer que antes de la democracia no había ni existió política en España; y que tampoco hubo gente heroica que se enfrentara en alguna medida al régimen - no sólo fuera de él (habría que recordar aquél falangista mencionado por Hug Thomas que intentó preservar el catalán y que desapareció de la escena política con rapidez; o las posturas valientes de algún ministro de Franco en contra de la opinión general - y al respecto hay que señalar que, como se dice en la película 13 días, el mayor valor que existe en este mundo es decir lo que se piensa a los que tienen el poder - o que hubiera familias enteras consideradas por el régimen como rojos, por todo el país, que se atrevían a solicitar una casa de protección social y que se tenían que oír frases como esta del Gobernador Civil: A los Rojos o los fusilamos o los dejamos vivir en paz).
Pensar que toda una generación nacida en la guerra, que había perdido en ella a padres, hermanos, o familia, que había tenido que salir a Europa a ganarse las habichuelas en los años sesenta, carecían de ideas políticas - como pretenden las películas de Landa, era absurdo. La gente tenía conciencia de lo que era la política y en las asociaciones de Cabezas de Familia, en los sindicatos verticales, y en algunas parroquias combatían por una sociedad mejor desde dentro del régimen. No se pude asegurar, como lo hacen esos niños mimados de la política, que nada se hizo bien hasta que ellos llegaron al mundo trayendo la democracia. Desconocen la historia de nuestro país y pretenden que todos la desconozcamos para así repetirla una y mil veces como magníficos ignorantes guiados por los sabios que, a medida que avanza la historia, la van modificando a su conveniencia, y en ello involucran a toda la sociedad.
Mi padre fue comunista, hasta que en el 83 se volvió Felipista. Y lo era hablando, abiertamente, de su conciencia militante y su ateísmo donde hiciere falta y con valor. Porque en los años 60 había que tener valor para ello.
Nota: Es posible que mucha gente del presente, del mundo de la política, haya estado interesado en hacer creer que antes de la democracia no había ni existió política en España; y que tampoco hubo gente heroica que se enfrentara en alguna medida al régimen - no sólo fuera de él (habría que recordar aquél falangista mencionado por Hug Thomas que intentó preservar el catalán y que desapareció de la escena política con rapidez; o las posturas valientes de algún ministro de Franco en contra de la opinión general - y al respecto hay que señalar que, como se dice en la película 13 días, el mayor valor que existe en este mundo es decir lo que se piensa a los que tienen el poder - o que hubiera familias enteras consideradas por el régimen como rojos, por todo el país, que se atrevían a solicitar una casa de protección social y que se tenían que oír frases como esta del Gobernador Civil: A los Rojos o los fusilamos o los dejamos vivir en paz).
Pensar que toda una generación nacida en la guerra, que había perdido en ella a padres, hermanos, o familia, que había tenido que salir a Europa a ganarse las habichuelas en los años sesenta, carecían de ideas políticas - como pretenden las películas de Landa, era absurdo. La gente tenía conciencia de lo que era la política y en las asociaciones de Cabezas de Familia, en los sindicatos verticales, y en algunas parroquias combatían por una sociedad mejor desde dentro del régimen. No se pude asegurar, como lo hacen esos niños mimados de la política, que nada se hizo bien hasta que ellos llegaron al mundo trayendo la democracia. Desconocen la historia de nuestro país y pretenden que todos la desconozcamos para así repetirla una y mil veces como magníficos ignorantes guiados por los sabios que, a medida que avanza la historia, la van modificando a su conveniencia, y en ello involucran a toda la sociedad.
Mi padre fue comunista, hasta que en el 83 se volvió Felipista. Y lo era hablando, abiertamente, de su conciencia militante y su ateísmo donde hiciere falta y con valor. Porque en los años 60 había que tener valor para ello.