Mientras el plan español para asumir el déficit exigido en 2013 por Europa se traducía en un sacrificio expresado por una línea recta (ver gráfico de Expansión del día de hoy), los prepotentes alemanes han impuesto su criterio (a pesar de las declaraciones del Presidente francés pidiendo una oportunidad para España).
Vaya compañero de viaje y líder europeo que tenemos en Alemania.
La salida era fácil: lanzar un mensaje al exterior de que si el Gobierno español no cumple su propia previsión habrá sanciones, y avalar (en off) el criterio del esfuerzo sostenido propuesto por España, en estos dos años, para alcanzar el objetivo. Pues no. Duras y bien duras nos las prometen y comprometen.
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