Los hechos, los datos, aun siendo efectivos, no son la realidad, no tienen ellos por sí realidad y como no la tienen, mal pueden entregarla a nuestra mente. Para descubrir la realidad es preciso que retiremos por un momento los hechos de nuestro entorno y nos quedemos a solas con nuestra mente... No debería ser necesario hacer constar esto: todo el que se ocupa de labores científicas debería de saberlo. Ortega y Gasset (1932)
Miguel Ángel Ibáñez Gómez - maiges_ps@hotmail.com
- Cateyes: ¿Lo Aparente y Lo Real?
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jueves, 22 de marzo de 2012
Se armó la de D. es Cristo
Al verlo busqué heridas en las manos (pero las palmas las tenía no visibles a los ojos del observador) carecía de herida costal y, obviamente, las piernas no estaban quebradas. Así que la escena pertenece al momento previo a la crucifixión (por lo que la talla representa la paciencia... hasta para ser crucificado). Una postura tan humana (la espera… con recapitulación de todo lo hecho y acontecido… cuando todo el esfuerzo parece inútil…). Que en los cristos se proyecten la naturaleza masculina (y el camino de todo hombre) no representa ningún descubrimiento (si se ha brincado de los cincuenta) y que en las “Marías” se proyecten la naturaleza femenina, en todas sus vertientes tampoco representa ningún misterio - salvo que se encuentren esos arquetipos en las propias Iglesias - recordando nuestro porvenir simbólicamente y remarcando la in-utilidad de cualquier acción material que no sea reconocer "nuestro polvo eres" - como cuando el sacerdote susurraba al héroe, mientras era vitoreado por la multitud - "recuerda que eres mortal", como remarcando el mensaje: no te "subas" demasiado, (no vayamos a tener que cambiar tu suerte).
Pero mi primera impresión, esa que proyecta el subconsciente en un momento dado (remitiéndole un mensaje único y personal) me hizo "ver" que era una imagen que representaba el momento posterior al martirio; por lo que la escena del Cristo representaba un simbolismo diferente: Una vez milagrosamente resucitado, descendido, solo y sentado sobre una piedra (porque sería de suponer que en el momento previo a su muerte, aprovechando la espera (¿?), estaría acompañado de guardias que eviten que se escape el reo o lo rescaten… y tampoco aprovechan el momento postrero las Marías para estar al lado y darle los últimos consuelos); una vez la misión cumplida, se pregunta: ¿Para qué tanto esfuerzo y tanta penalidad? Todo fue vano e inútil; el mundo seguirá su curso.
La primera reflexión que me sugiere es la que emite el propio Cristo (ya sea antes o después del martirio):
1- El mundo es como es y no se puede cambiar.
2- Si el mundo es como es y no se puede cambiar ¿Para qué he hecho todo esto?
3- Es de pensar que en el mundo de hoy un hombre que fuera capaz de hacer milagros sería diseccionado vivo en nombre de la ciencia. Y los poderosos querrían saber cuáles son sus intenciones y los políticos su adscripción ideológica y los médicos (de sanar enfermos y resucitar muertos) exigirían la licencia médica (y la transmisión de los conocimientos) o la prohibición del ejercicio de la medicina. Y las religiones reclamarían ser la Verdadera para cada una de ellas. (Más fácil sería suponer que las capacidades de Cristo las tenemos todos (como él decía) y que a nadie conviene su desarrollo.
4- ¿Qué sentido tendría su vida?… El papel de Cristo sería ser camino… (ante los hombres camino hacia la muerte). Ir hacia la muerte es de locos, intuye la consciencia, entonces no puede ser el camino; a la sumo puede ser parte del camino, es decir: Hay que ser Cristo para dejar de serlo (y no llegar al auto exterminio). ¿Pero los poderosos permitirían algo así?. Si nos remitimos al ensayo realizado en “La última tentación de Cristo”, dejar de ser Cristo exigiría renunciar a todo lo hecho y dedicarse a la vida de un mortal más (casarse con Magdalena, tener y cuidar hijos y morir de viejo). Si se conviene que parte del poder de Cristo le nace de su Amor por Magdalena (lo primero que le quitan, una vez que renuncia, es al Amor de su vida… el poder no va a dejar que un hombre sea feliz y vuelva a realizar milagros ante las arbitrariedades de los hombres) de ahí que caído en la cuenta de la trampa, Cristo renuncie a su paz y se vuelva al momento de la cruz (los caminos se los corta el poder); no puede haber ejemplo de esperanza al margen de los poderosos (¿Qué ejemplo sería ese?)
5- Parece que Cristo muere en la cruz porque no le dejan alternativa. Desde ese punto de vista ¿Creen Uds que no hay “cristos” en la actualidad…?
Y la segunda es ¿Cuál es el papel de D. en todo ello?:
A- Es obvio que en el Universo existe un orden natural en cuyo desarrollo aparece la vida inteligente y el sentido de lo “espiritual”. Y ello debía de existir antes (siempre) y se expresa en determinadas condiciones (en el mundo material); en ese sentido cabe hablar de que hay una inteligencia en todo lo que existe y si asimilamos inteligencia a divinidad existe D. Como parece ser que decía Aristóteles D. existe, y es evidente tal afirmación al observar el orden natural (lo que no es tan seguro es que D. sepa que nosotros existimos – permítanme la picardía, no propia); es decir, cabría pensar que el Universo se desarrolla por sí mismo y la acción de Cristo es la acción de cualquier hombre con coraje que intenta mostrar las maravillas que están a disposición de la humanidad y en su lucha contra la falta de Fe se encamina al sacrificio personal (tal vez como último acto para hacer llegar su mensaje).
B- Si D. existe todos sus atributos revelados nos muestran una plenitud a la que nada se puede añadir ni quitar. No cabe pensar de D. que éste tomó decisión en tiempo determinado (pues la divinidad es plena en sí por definición y perfecta su obra la creación es perfecta y nada se puede ni debe añadir que ya no esté en el camino de la humanidad). ¿La acción de Cristo forma parte del proyecto divino desde el principio de los tiempos?. En ese caso sería una corrección prevista (¿Por qué no se enmendó desde el principio?) Cabe pensar que existen omnipotencias (que desde el punto de vista humano difícilmente perceptibles, pero tradicionalmente aceptadas) de distinto nivel y en ese sentido cabría pensar que el D. (Padre) de Cristo no es el mismo D. de los judíos, ni entra en juego con los dioses de los romanos (hasta ese momento).
C- El D. de Cristo (Padre) tiene cualidades diferentes e interfiere en los asuntos de cada uno a petición de los hijos, por medio de intermediaciones; pero ¿cabe pensar que la relación sea antropomorfa?: si D., conscientemente, nos manda a su hijo único... el odio que nos debe tener reservado no se puede contener en toda la bondad del mundo (¡Cuadrilla de asesinos! debió exclamar ante el deicidio). Más cómodo convertirse ateo ante la expectativa. Mejor pues reconocer el propio Cristo la inutilidad de su misión hace más fácil el perdón del Padre. De ahí la reflexión previa al sacrificio (la última duda, propia de la condición humana, sujeta al materialismo). Y a la vez, la duda (acto de cordura con el mundo circundante) permite la acción divina sobre los hombres (los hombres dejarán de tener dioses humanos, pues estos deben de estar sometidos a la divinidad superior).
D- Pero el Cristo es revolucionario (Se armó la de D. es Cristo): todos sois hijos de D. (y podéis ser como dioses… por medio del Amor). Mejor dejemos el mensaje ahí y seamos humildes ante las “divinidades” que nos rodean.
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