Miguel Ángel Ibáñez Gómez - maiges_ps@hotmail.com

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martes, 13 de marzo de 2012

Regateo cutre de Europa

Regateo Cutre desde Europa.

Parece que a los países líderes europeos les gusta quedar por encima de España y recordarle – constantemente – quienes son los que llevan la batuta.
Si bien no nos queda otra a los españoles que “rezar” para que a Rajoy le salgan bien las cuentas y atine con sus proyectos (básicamente se le pide recuperar la coherencia perdida); desde Europa se juega ahora al cutre regateo. ¿No quedamos en que para salir de la crisis hay que hacer las cosas bien? Pues si en este momento el Gobierno español se compromete a llegar a los objetivos de 2013 y se traza su propia ruta (ya dura de por sí y adaptada a la idiosincrasia española) a qué se viene a apretar tornillos (nuevamente) para señalar quién tiene la última palabra? Habrá que recordar que tanto Alemania como Francia fueron los primeros en saltarse los límites de déficit  amparados en su liderazgo (y condición de locomotoras). Déjense de regateos humillantes (y no entren el trapo del servilismo los representantes españoles). Se ha trazado un camino – que se basa en la confianza del sentido común – dejen que se realice, no pongan más zancadillas y tengamos todos una visión de esperanza (a pesar de las miradas y gestos de halcones de aquellos que ponen sus esperanzas de fortuna o de poder en una desgracia irremediable de España y de aquellos que también esperan que si salimos de esta lo hagamos sumisos y con pérdida absoluta de autonomía nacional – cargando con las culpas propias y ajenas).
Porque a veces, cuando todo parece perdido, solo nos queda apelar a las “formas” (sentido común, criterio, austeridad, equilibrio presupuestario…) que son las que crean el ambiente adecuado para poner nuevos cimientos basados en la racionalidad (…racionalidad perdida que ha alentado a los tiburones que nos acechan).
Creámonos todos este mensaje y no dejemos que desde fuera se nos pretenda humillar, ni desde dentro se prepare el terreno para repetir la sinvergonzonería, el pillaje y el despilfarro.
Un poquito de CRITERIO, nada más (y nunca más un ladrón de cuello blanco paseando libremente por  la calle).

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